Capítulo 4

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En el momento de atravesar el portal, pude ver como caía, era raro, a mi alrededor había muchas luces de todos los colores.

De repente dejé de caer, sentí la tierra en mi cara y empecé a reaccionar, otra vez fui la primera en despertar. Pero esta vez no pude evitar reírme al ver a la cría de dinosaurio lamiendo la cara de mi hermano. Cada vez me reía con más fuerza, y tuve que sujetar me el estómago para que no me doliera.

-¿Qué pasa? - preguntó Félix, le había despertado con mi risa - vale ahora lo entiendo - ahora también él reía con la escena.

-Quita - dice Luis intentado quitarse de encima a la cría.

-Eso te pasa por llevarte a una cría, ahora piensa que tu eres su madre - Luis miraba a Félix y a la cría simultáneamente, mientras yo no podía dejar de reír ante el comentario de Félix.

-Jajaja - mi hermano me manda una mirada asesina - no me mires así, ni que yo tuviera la culpa, esto es culpa tuya y de la ley natural - Luis miraba a la cría con cara de horror, mientras Félix y yo volvíamos a reír como locos.

-Ja, ja, muy graciosos, pero ahora enserio ¿dónde estamos?

Empecé a mirar a nuestro alrededor, y solo pude apreciar que estábamos en bosque, pero como este hay en todas partes del mundo, y si a eso le añadimos que estamos en un videojuego, producido por el estúpido deseo de mi hermano, y que nos puede llevar a cualquier lugar de cualquier película o serie que haya visto en su vida, llegamos a la conclusión de que no tengo la más mínima idea de donde demonios estamos.

-¿Dónde estamos? - al parecer Luis no ha llegado a esa conclusión.

-Tú sabrás, es tu deseo.

-Que sea mi deseo, no significa que lo tenga que saber todo.

-Ya, pero tú eres quien se pasa todo el día entre videojuegos y películas.

-Ambos sabemos que en videojuegos te gano, pero no en películas.

-Es que no podemos tener la fiesta en paz - Luis y yo nos miramos.

-NO - gritamos los dos, y Félix se tapa los oídos.

-Vale, pero no volváis a gritar me así.

-Pues no digas estupideces - le salto.

-¿Esto tiene que ver con esas misteriosas pastillas?

-Es verdad, al final no nos has dicho de que va eso.

-¿En serio queréis hablar de esto ahora? - ambos se miran y asienten - está bien - suelto un suspiro y me encojo de hombros, antes de volver a la misma posición para continuar -  como ya os he dicho todo comenzó hace un año, no sé si te acordarás de tía Glisinda.

-Más o menos - afirma Félix.

-Sí, es esa señora rara, amiga de nuestros abuelos, que nada tiene que ver con ser nuestra "tía".

-No seas mal educado Luis, es una señora muy simpática y amable, que siempre nos ha tratado como a sus sobrinos.

-Ya, ya, eso lo dices porque eres su favorita, te quiere más a ti que a sus auténticos nietos.

Ya tenía las manos hechas puños, e iba a rechistar cuando un ruido nos deja a los tres paralizados. Todo a nuestro alrededor que hasta ahora había sido tranquilo, se convierte en un caos, los pájaros volando y dando graznidos, los arbustos moviéndose inquietos, seguramente por los animales que estaban allí, hasta los peces que había en un río cercano nadaban más rápido intentando huir, por cierto para quien se lo pregunte, lo de los peces lo sé por mi súper oído.

¡Menudo deseo! *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora