Capítulo 19

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No sé por cuanto tiempo estuvimos andando entre toda esa gente, pero por fin se acabó, y por suerte seguimos los cuatro juntos, aunque tengo que admitir que casi perdemos a Cristina, dos veces, pero ya está, ahora nos encontramos en otro parque, creo que en Bryant Park, básicamente porque hace poco pasamos por una librería enorme.

-Ya sé que tenemos que buscar el portal, pero ¿podríamos comprar un helado? - pregunta Luis.

-Sí, sí, helado - grita y salta Cristina, la verdad se me esta haciendo una imagen muy familiar en ella.

-¿Qué te parece? - me pregunta Félix.

-No nos vendrá mal - digo con una sonrisa - al fin y al cabo, aquí hace bastante calor.

-Sí, sí - Cristina salta y salta, nosotros nos reímos, incluyo los kuamis, o como diría Cristina, amiguitos.

Entre risas, y grititos de Cristina, llegamos a un puesto de helados, en serio, ¡¡gracias por ser un juego en español!!, sino, Félix tendría que hacer de traductor, ya que se le da perfecto el inglés, ¡que morro!, yo soy la peor de las negadas, en cuanto a Luis, aprueba fácil, pero sacaría mucha más nota si estudiara.

-¿Qué van a tomar? - pregunta el heladero.

-Cuatro helados de chocolate por favor, tres en cucurucho y uno en tarrina - le conteste, ya que de camino pregunte qué querían.

-¿Para quién la tarrina? - pregunta Félix confundido, ya que siempre en nuestra familia pedimos cucuruchos.

-Para Cristina.

-¿Para mí?

-Sí, así es menos probable que se te caiga, con lo que disfrutaras del helado hasta el final - digo con una sonrisa, conociendo a Cristina sé que lo entenderá y me dará las gracias.

-Aaah, gracias - ¿veis lo que os decía?, Cristina es un amor.

-Aquí tienen sus helados - nos dice el heladero, nosotros cogemos los helados y volvemos al parque, allí Cristina corre y salta mientras come el helado.

-¿Qué pasará con ella? - pregunta Luis.

-¿A qué te refieres? - pregunto.

-A cuando acabe el juego, ¿qué pasará con ella? - me giro y veo a Cristina detrás de una mariposa, es tan linda e inocente, una sonrisa aparece en mi rostro, pero tan rápido como vino se fue.

-No lo sé - le dije sincera a Luis, el agacha la cabeza triste, yo también lo estoy, pero tengo que ser fuerte por él.

-Luis es tu deseo, ¿no puedes averiguarlo? - pregunta Félix también triste ante la idea de perder a Cristina, esa pequeña se ha ganado el corazón de todos.

-Excepto un par de veces, no he podido saber más que vosotros del juego - dice Luis deprimido.

-¿Qué os pasa? - giramos la cabeza y vemos a Cristina con cara triste - no me gusta veros tristes.

-No pasa nada pequeña, ven aquí - me hace caso y se sienta en mis piernas, siento a Cristina como una hermana pequeña a la que tengo que proteger.

-¿Entonces por qué no sonríes?

-Uno puede estar bien aunque no sonría, no sé tú, pero a mí estar sonriendo todo el rato hace que me duela la mandíbula - le digo dulcemente.

-Aaah, a mí no, a mí me encanta sonreír y que la gente este alegre.

-Y a nosotros nos encanta que estés alegre.

-Coincido con Luis - dice Félix.

-¿Lo ves?, a ti no te gusta vernos tristes, y a nosotros no nos gusta que tú lo estés - vuelvo a decir.

¡Menudo deseo! *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora