Capítulo 10

167 25 2
                                    

-... Y eso es todo - finalizo de contar a Cristina lo que ha ocurrido, al final hemos decidido, mientras le contaba, que la seguiremos llamando Cristina para no liar nos.

-Vaya, entonces Luis, tu hermano, es el que me tiene que cuidar - los tres asentimos - pero por lo que habéis dicho él es un desastre - Luis la mira confundido, mientras Félix y yo reímos a carcajadas, cada vez me cae mejor Cristina.

-¿Cómo puedes decir eso?, yo fue el que te recogió.

-Ya, pero he estado más con Félix, además, mi madre no me abandonó ella había ido a por algo que comer junto con mi hermano mayor.

-Al final, no haces nada bien Luis - con ese comentario me gano una mirada fulminante por su parte.

-No pasa nada, no lo hiciste con mala intención.

-Gracias Cristina, tú eres la única que me apoya - y ahora nos fulmina a Félix y a mí.

-En fin, ¿qué tal si nos ponemos manos a la obra?, me gustaría volver a casa lo antes posible, ya sabes como es nuestra madre, y nos matará a los tres cuando volvamos.

-¿Y a mí por qué? - preguntó Félix sin comprender.

-Porque tú estas aquí para cuidar que no pase nada, y claramente ha pasado algo que nos obliga a estar fuera de casa por tiempo indefinido - le contesto.

-Pero si es su culpa - y señala a Luis.

-Gracias por tirarme a los leones - le dice Luis con un tono claro de sarcasmo.

-¿Siempre estáis discutiendo? - pregunta Cristina.

-Es algo normal en esta familia - le digo - ¿No te acuerdas cuando estuve persiguiendo un oso?

-¿Es esa cosa negra y grande que perseguías mientras Félix me llevaba?

-Sí, pues ese era Luis.

-¿Y por qué le perseguías?

-Por haberse metido en el lío de convertirse en oso y por tocar las narices.

-Ni que lo hubiera hecho aposta - se defendió Luis.

-Lo que sea - estoy cansada de que siempre se meta en problemas y me arrastre con él.

El silencio que se formo a causa de mis palabras no duro mucho, enseguida se oyó el ruido de helicópteros, todos incluida Cristina miramos al cielo, y sí, eran helicópteros, más concretamente helicópteros militares, y digo esto porque tienen armas, y un helicóptero de solo transporte no llevaría armas.

-¡Que bonito! ¿Qué es? - como se nota que Cristina no sabe del tema.

-Es un helicóptero militar, no es bonito, es peligro - dice Félix completamente serio.

-Estoy de acuerdo con Félix, tenemos que irnos cuanto antes - digo y empezamos a andar en sentido contrario al helicóptero.

Después estuvimos caminando todo lo que quedo de día, durante el trayecto, explicamos a Cristina todo lo que tenía que saber, al fin y al cabo el efecto de la poción no es eterno, y dado que no tenemos un reloj para medir el tiempo pues solo podemos esperar que dure el efecto.

Por la noche paramos e hicimos una fogata, todo estaba muy tranquilo, ni siquiera había ruidos de animales, que es lo que cabe esperar en un bosque. Ya habíamos cenado, Félix y yo una sopa y Luis un estofado, que da más energía, no sé como hace para perder tanta energía, creo que hace demasiado el tonto, Cristina se alimenta con frutas así que no hay problema, lastima que el efecto de la poción sea pasajero, me cae muy bien y es muy dulce, es como la hermanita que quise, sin embargo me toco un hermano, y bueno ya saben lo que opino de él.

¡Menudo deseo! *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora