¡Menudo deseo! *Completada*

Capítulo 22

No sé cuanto tiempo lleva Luis fuera, pero...Dios, se me esta haciendo eterno, aun estoy en el suelo, apoyada en la pared al lado de la puerta, espero que no haya pasado nada, quiero irme de aquí y volver a la realidad. Cierra los ojos y dejo que mi poder me permita oír lo que pasa fuera, oigo unos pasos que se acercan un poco rápido, son dos, espero que sean Cristina y Luis. Abro los ojos, me levanto y me pongo frente la puerta, no pasa ni un minuto cuando Luis abre la puerta con Cristina agarrada de la mano.

-Listo, ya podemos irnos - dice Luis y arrastra a Cristina hacia el portal.

-Ves como no pasaba nada - le iba a contestar, pero se metió rápido en el portal, suspire y yo también entre.

Esperaba el túnel de luz que siempre atravesabamos, pero no fue así, nada más pasar el portal se podía ver una especie de pantalla de videojuego.

Bienvenidos jugadores, esta es la pantalla final, deberéis utilizar todo aquello que hayáis obtenido en anteriores pantallas, no hay tiempo límite, y no habréis ganado hasta que todos los jugadores atraveseis la línea de meta.

-¿Cristina cuenta como jugador? - pregunta Félix.

Así es.

-¿Podría pedir un deseo con mi colgante mientras pasamos esta pantalla? - pregunte.

Ciertamente, siempre y cuando no rompa las normas de la pantalla.

-¿Cuáles son las reglas? - pregunta Luis.

No podéis saltar el nivel, es decir no se puede desear pasar el nivel, si caes al vacío pierdes una vida, una vez empezada la partida no se puede volver atrás, no se pueden ceder vidas, energía o salud, por lo demás podéis hacer lo que creáis necesario.

-¿El inventario es conjunto? - pregunto.

Sí.

-¿Podemos utilizar nuestros prodigios? - pregunta Luis.

Podéis usarlos.

-¿Algo más que deberíamos saber? - pregunta Félix.

Algo hay, pero tengo prohibido decirlo.

-Esta bien - suspiro - ¿listos chicos? - ellos asienten - pues empecemos.

Muy bien, que la partida comience.

La voz se va, aparece un semáforo como los de carreras, se pone en rojo, se pone en amarillo y se pone en verde, sonando una bocina que da comienzo a la partida.