-¡Te has pasado! - se quejó mi hermano por quinta vez.
-No te quejes, que ni siquiera te he quitado una vida.
-No, pero me has quitado más de la mitad de la salud - solo recordarlo ya me hace sonreír - mira que llegas a ser sádica.
-No soy sádica, y da gracias de que Félix me haya parado - yo ruedo los ojos, y él me mira cabreado.
-Chicos - le miramos - ¿no podéis estar quietos y tranquilos por un rato? - nos miramos.
-¡NO! - gritamos los dos al unísono.
-Vale, pero no griteis, por cierto ya que no paráis quietos, la próxima vez no os separo.
-Por mí bien - dijo, y le doy una sonrisa malévola a mi hermano, él se asusta.
-NO, no, Félix tienes que salvarme de la loca de mi hermana.
-Puede que yo este loca, pero tú también, al fin y al cabo, ya sabes el refrán de la familia: "quien no esté loco no es de esta familia".
-Ya, yo soy el único que se libra - dice el descarado.
-Te equívocas, tú estás más loco que muchos de la familia, el único que se libra es Félix - digo señalando con el pulgar a Félix.
-¿Te refieres al chico con la cría de dinosaurio?
-Sí, ese mismo, que por cierto, tú deberías ser el que se ocupé de ella.
-A mí no me importa - dice Félix con Cristina en brazos, y una sonrisa al verla así.
-Veees, a él no le importa.
-Aún así ella es TU responsabilidad.
-Lo sé, pero como quieres que la coja con estas patas - dice mirando sus patas delanteras, ya que va a dos patas.
-Valeee, por ahora te lo paso, pero cuando solucionemos este entuerto, no te libras.
Desde ese momento la pasamos en silencio, al fin y al cabo, Félix no tenía nada que decir, y si Luis o yo hablábamos, acabaríamos discutiendo otra vez, suspiro por mis propios pensamientos, en momentos como este desearía ser más optimista, pero no puedo, sencillamente no puedo.
-Alix - me llama Félix.
-¿Si?
-Ya sé que ahora mismo tu cerebro es un hervidero - alzo una ceja por su comentario - te conozco desde pequeña, sé cuando algo te preocupa y empiezas a darle vueltas a ello - aunque me cueste reconocerlo tiene razón, él me conoce mejor que la mayoría, a pesar del tiempo distanciados, no he cambiado mucho la verdad - pero aun así ¿podrías intentar buscar el portal con tu súper oído?
-Claro, porqué no - cierro los ojos y me concentro, a pesar del poco tiempo que llevo con este poder, lo sé controlar muy bien. Puedo escuchar todo lo que pasa en el bosque, desde la respiración y el latir de mis compañeros, hasta el simple caer de una hoja, pero igual que en la anterior pantalla, ese mismo sonido llega a mis oídos - sé donde está - exclamo y hago una señal de que me sigan, ellos asienten y yo empiezo a correr.
Como me imaginaba al poco de empezar, mi hermano tuvo que correr a cuatro patas para poder mantener el ritmo, seré su hermana y todo lo que queráis, pero quiero volver a casa lo antes posible. A más o menos la mitad del trayecto, le dije a Félix que se adelantará y confirmase que no hubiera peligro, ya oí algo que no me gusto mucho, y no quería riesgos.
-Por fin vuelves, había algo ¿verdad? - exclamé a Félix cuando volvió después de enviarle.
-Sí, estaba Mordu (creo que se escribe así, pero no me hagan mucho caso) - me lo imaginaba por eso mandé a Félix, con su súper velocidad no le sería difícil escapar en caso necesario - menos mal que solo fui yo, porque ese monstruo me olió y casi me atrapa - dice con una sonrisa.
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¡Menudo deseo! *Completada*
Fantasy¿Creéis que vuestro hermano pequeño es problemático? Ja, vuestro hermano es un santo comparado con el mío, no os podéis imaginar en el pedazo problema que nos metió. Un día estás tranquila en casa y al día siguiente estás intentado no morir junto tu...