Capítulo 7

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-¡Te has pasado! - se quejó mi hermano por quinta vez.

-No te quejes, que ni siquiera te he quitado una vida.

-No, pero me has quitado más de la mitad de la salud - solo recordarlo ya me hace sonreír - mira que llegas a ser sádica.

-No soy sádica, y da gracias de que Félix me haya parado - yo ruedo los ojos, y él me mira cabreado.

-Chicos - le miramos - ¿no podéis estar quietos y tranquilos por un rato? - nos miramos.

-¡NO! - gritamos los dos al unísono.

-Vale, pero no griteis, por cierto ya que no paráis quietos, la próxima vez no os separo.

-Por mí bien - dijo, y le doy una sonrisa malévola a mi hermano, él se asusta.

-NO, no, Félix tienes que salvarme de la loca de mi hermana.

-Puede que yo este loca, pero tú también, al fin y al cabo, ya sabes el refrán de la familia: "quien no esté loco no es de esta familia".

-Ya, yo soy el único que se libra - dice el descarado.

-Te equívocas, tú estás más loco que muchos de la familia, el único que se libra es Félix - digo señalando con el pulgar a Félix.

-¿Te refieres al chico con la cría de dinosaurio?

-Sí, ese mismo, que por cierto, tú deberías ser el que se ocupé de ella.

-A mí no me importa - dice Félix con Cristina en brazos, y una sonrisa al verla así.

-Veees, a él no le importa.

-Aún así ella es TU responsabilidad.

-Lo sé, pero como quieres que la coja con estas patas - dice mirando sus patas delanteras, ya que va a dos patas.

-Valeee, por ahora te lo paso, pero cuando solucionemos este entuerto, no te libras.

Desde ese momento la pasamos en silencio, al fin y al cabo, Félix no tenía nada que decir, y si Luis o yo hablábamos, acabaríamos discutiendo otra vez, suspiro por mis propios pensamientos, en momentos como este desearía ser más optimista, pero no puedo, sencillamente no puedo.

-Alix - me llama Félix.

-¿Si?

-Ya sé que ahora mismo tu cerebro es un hervidero - alzo una ceja por su comentario - te conozco desde pequeña, sé cuando algo te preocupa y empiezas a darle vueltas a ello - aunque me cueste reconocerlo tiene razón, él me conoce mejor que la mayoría, a pesar del tiempo distanciados, no he cambiado mucho la verdad - pero aun así ¿podrías intentar buscar el portal con tu súper oído?

-Claro, porqué no - cierro los ojos y me concentro, a pesar del poco tiempo que llevo con este poder, lo sé controlar muy bien. Puedo escuchar todo lo que pasa en el bosque, desde la respiración y el latir de mis compañeros, hasta el simple caer de una hoja, pero igual que en la anterior pantalla, ese mismo sonido llega a mis oídos - sé donde está - exclamo y hago una señal de que me sigan, ellos asienten y yo empiezo a correr.

Como me imaginaba al poco de empezar, mi hermano tuvo que correr a cuatro patas para poder mantener el ritmo, seré su hermana y todo lo que queráis, pero quiero volver a casa lo antes posible. A más o menos la mitad del trayecto, le dije a Félix que se adelantará y confirmase que no hubiera peligro, ya oí algo que no me gusto mucho, y no quería riesgos.

-Por fin vuelves, había algo ¿verdad? - exclamé a Félix cuando volvió después de enviarle.

-Sí, estaba Mordu (creo que se escribe así, pero no me hagan mucho caso) - me lo imaginaba por eso mandé a Félix, con su súper velocidad no le sería difícil escapar en caso necesario - menos mal que solo fui yo, porque ese monstruo me olió y casi me atrapa - dice con una sonrisa.

¡Menudo deseo! *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora