Capítulo 5

247 30 5
                                    

No me lo podía creer había terminado en una de las películas favoritas de mi tía, la madre de Félix, ahora entiendo cuando Félix me preguntaba que si no reconocía el lugar.

-No hace falta que grites Alix - ahí esta el exagerado de mi hermano tapando se los oídos, como si hubiera gritado muy alto.

-Perdón - añadan sarcasmo - ¿pero acaso tu sabías donde estábamos?

-No, pero no por ello grito, que siempre dices que el que grita soy yo - quiero a mi hermano, pero casi siempre que habla me dan ganas de pegarle un puñetazo.

-Bueno, ahora todos sabemos en que pelí estamos, con lo que podemos pensar en como salir ya que los tres la hemos visto - eso era cierto, el problema es que si hay que hacer lo que creo que hay que hacer, tenemos un problema.

-¡Yo no pienso meterme debajo del tapiz con la reina! - salta Luis, en eso yo también lo había pensado y tampoco me agrada la idea.

-Te olvidas de dos cosas, la primera que la pelí no termina ahí, y que en la otra pantalla no era el final donde estaba el portal, sino en un edificio de la pelí.

-Félix tiene razón, primero que nada hay que mirar los lugares donde puede estar el portal.

-Y que tal allí que hay mucha gente - nos dice Luis mientras señala una multitud de gente.

-Dudo mucho que el portal este donde allá gente - Luis me mira cabreado - no me mal interpretes, vamos a ir allí haber si alguien sabe algo, pero el portal ya te digo yo que no esta ahí.

-Y de paso podemos comprar comida.

-¿Tienes hambre?

-Un poco - mire en el inventario que había, vi fruta y supe que no la comería, no la comió antes ahora seguro que tampoco.

-¿Quieres pan o sopa?

-Sopa - mire su nivel de energía, el valor energético de la sopa, era más el gasto que tenía Luis que el que le proporcionaría la sopa, así que la saqué del inventario y se la di.

-¿Tú que quieres? - le pregunté a Félix.

-Me basta con una macedonia, no he gastado demasiada energía.

-No hay macedonias, pero te puedo dar algunas frutas.

-Pues a eso me refería - me sonrió y le devolví la sonrisa, saque del inventario algunas frutas para el y para mí, él comía las peras y yo las manzanas, cada uno su fruta favorita.

-Jajaja, vosotros estáis comiendo fruta.

-Que a ti no te guste, no significa que a los demás no nos guste. Además tú tendrás que darte más prisa en comer porque nos vamos ya.

Cuando Luis acabó de tomar la sopa, cosa que se tiro como media hora, bueno para ser exactos se tiro 22 minutos, no se como a veces puede tardar tanto en comer. En fin, cuando acabo nos fuimos a donde estaba la gente, había tiendas de todo lo que te puedas imaginar, siempre y cuando pienses en cosas medievales y no modernas claro está. Luis miraba todo embobado las cosas que había expuestas, sin darse cuenta de que la cría de dinosaurio estaba saliendo de la alforja. Metí la cabeza de la cría para adentro, cogí a Félix y a Luis, y los lleve a un lugar sin gente.

-Luis tienes que tener más cuidado - le dije una vez que nos encontrábamos alejados.

-¿Por qué?

-Porque la cría estaba saliendo de la alforja mientras tú estabas embobado.

-No la llames así.

-Bien, - solté un suspiro - ¿cómo quieres que la llame?

-Por su nombre: Cristina.

-¿Cómo tu compañera de clase? - Luis se puso rojo como un tomate y yo solo podía reírme de su cara.

¡Menudo deseo! *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora