Capítulo 8

200 27 1
                                    

No esperaba tanta velocidad, no es lo mismo ver una carrera de coches que hacer una, aunque creo que si no fuera un videojuego sería peor.

Al final tenía razón es como mi antiguo videojuego, solo que un poco diferente, el Lamborguini va a toda pastilla por una carretera asfaltada, pero con diferentes paisajes, mientras intento chocar con las monedas para conseguirlas, pero por supuesto no puede ser tan fácil, en cada paisaje me encuentro diferentes obstáculos.

En el primero fue un recorrido con árboles a los costados, era un paisaje precioso pero sencillo, es uno de mis favoritos, los obstáculos que tuve fueron: piedras y ramas grandes, no pequeñas, sino grandes, conejos blancos monísimos, liebres marrón claro, ciervos de un color marrón aún más claro, y el último obstáculo de esa pantalla, que en verdad me desconcertó por completo, un ¡big food!, ¡me estáis jodiendo!, ¿qué hace un big food en un bosque? Enserio lo pregunto, pero bueno en esa pantalla conseguí bastantes monedas.

En la segunda estaba en la ciudad, con lo que no pude pensar en otra cosa que no fuese quién diseñó esta pantalla, ¿cómo se puede pasar de un paisaje de bosque a uno de ciudad?, en ese los obstáculos eran: peatones de todo tipo (hombres, mujeres, niños, ancianos y mezclados), coches, motos, animales domésticos (perros y gatos), cubos de basura (¡¿Quién deja cubos de basura en la carretera?!, aunque también ¡¿quién deja un coche o una moto en la carretera?!, alguien muy idiota y desconsiderado), y como guinda del pastel, el último obstáculo fue... No lo sabéis, fue el alcalde, ¡¿Qué coño hace el alcalde en mi mitad de la carretera?!, pero bueno, en ese paisaje también conseguí bastantes monedas, no tantas como en la primera, pero sí muchas.

En la tercera el paisaje era el amazonas, ahí ya empecé a cabrearme con esta pantalla, ¡¿Por qué cambian tan drásticamente el paisaje?!, en ese momento estaba concentrada en mis pensamientos que casi me choco con un mono, ¿gracioso no?, pues ¡¡NO!!, no tiene gracia cuando eres tú quien está en el coche, ese fue el primer obstáculo, y crean me cuando digo que no fue el último mono que vi, aunque tampoco fue el primer mono que he tenido delante, ya me entienden.

En ese paisaje los obstáculos fueron: monos (que además se ríen en tu cara, ¡estúpidos monos!), perezosos, serpientes, hasta ranas, y por supuesto al final, la gran sorpresa, ¡una maldita estampida!, tuve que frenar en seco para no chocar, y lo peor es que me hice daño en el cuello por la frenada, ¡menuda suerte tengo!

Cuarto paisaje y ya echo humo por las orejas del enfado que llevo, es decir, ahora me ponen al hombre o mujer que diseño esto y es que le arrancó la cabeza de cuajo, es que no le doy tiempo de reaccionar cuando ya esta decapitado o decapitada, después de esto me voy a quedar sin uñas, porque las habré dejado en este estúpido volante, y mira que adoro los Lamborguinis, pero ahora es que me tiraría de los pelos si no tuviera que conducir. Pero ya veréis cuando vea a mi hermano, o si ya lo veréis, lo va a pagar.

En fin, el cuarto paisaje es la ciudad del Vaticano, ¡¿Os lo podéis creer?!, ya me estoy imaginando cual será el obstáculo final. Los obstáculos ahora, si ahora, hasta ahora os he contado lo que me pasaba, pero volvemos al presente, los obstáculos son: coches, motos, peatones, un poco como en la segundo paisaje, salvo que en lugar de cubos de basura son autobuses, y en lugar de mascotas son un guía y turistas, cada vez es más complicado, normal, en este paisaje al igual que el tercero, estoy más centrada en esquivar todo que en coger monedas, cojo algunas pero no muchas. Y como imaginaba el obstáculo final es, ni más ni menos que el papa, ¡gloria a la virgen!, ¡¿en serio ponen de obstáculo al papa?!, más vale que mi profesora de religión no vea esto porque sino fijo le da un infarto, creo que a mí me lo esta dando.

¡¡¡Por fin!!! El último paisaje, porque creo y espero que este sea el último, porque sino más de uno va a perder la cabeza, como se suele decir, aquí van a rodar cabezas.

¡Menudo deseo! *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora