Capítulo 20

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Otra vez en el suelo, os lo juro, voy a acabar con tortícolis, pero esta vez no es en tierra, es en un suelo de madera. Me levanto miro el sitio y es...¡¡¡LA HABITACIÓN DE LUIS!!!, ¿habrá sido todo un sueño?, miro a los chicos dormir, junto a ellos esta Cristina destransformada, eso quiere decir que no fue un sueño, y lo que más alegría me da, no es estar en casa, sino que Cristina se queda con nosotros.

-Chicos despertad, estamos en casa - grito de alegría.

-Cinco minutos más - dice Félix.

-Que sean quince - dice Luis.

-Chicos - siguen en el suelo - de acuerdo, yo me voy a ver a nuestros padres, ¿Cristina me acompañas?

-Claro - me dice Cristina, ya que ella a diferencia de ellos, sí se ha levantado - me encantará conocer a tus padres, ¿también son los de ellos?

-De Luis sí, de Félix son tíos.

-Genial, vamos.

-¿Pero qué decís?, aún tenemos que llegar a vuestra casa para que puedas hablar con ellos - dice Félix aún con los ojos cerrados, yo ruedo los ojos.

-Si me hicierais caso, os habrías dado cuenta que estamos en la habitación de Luis.

-¿Mi habitación?

-Sí Luis, tu habitación - por fin ambos abren los ojos, aleluya.

-No me lo creo - dice Félix con los ojos como platos.

-¿Y Cristina? - pregunta Luis preocupado, ve a Cristina y suelta un suspiro - menos mal.

-¿Vamos todos juntos abajo o solo vamos Cristina y yo?

-Vamos todos abajo - dicen Félix y Luis casi al unísono, casi, pero Luis gano.

-Sí, tengo ganas de conocer a los padres de Luis - nos giramos y vemos a Roger - ¿y ahora por qué me miráis así?

-Parece que los kuamis también se quedan - dice Félix, a lo cual respondo con un asentimiento de cabeza.

-¡Genial!, ¡tendremos poderes en la vida real!, ya veréis cuando se lo cuente a mis amigos - dice, o más bien grita Luis emocionado.

-¿Los conoceré? - pregunta Cristina con entusiasmo.

-Claro - responde Luis rápidamente.

-Un momento - le bajo de las nubes - te recuerdo que hay una chica que tú conoces que es idéntica a Cristina, es más, se llama igual - le recuerdo.

-No es la primera vez que hay dos personas idénticas sin ser gemelas, decimos que tiene 11 años, que se llama Amber, que ese es su auténtico nombre y listo - se apresura a decir Luis.

-Ámbar, no Amber - le corrijo.

-Ahora que lo pienso - dice Félix y lo miramos - ¿no se suponía que solo nosotros entenderíamos a Cristina?

-Ahora ella es humana, puede hablar - le digo.

-Cierto, ¿y de dónde sacaste el otro colgante para el deseo?, tú tienes uno en el cuello - es cierto, no lo había pensado.

-Tal vez lo conseguimos en una caja y lo metimos sin darnos cuenta.

-Es una posibilidad.

-Menos cháchara y más ver a nuestros padres - salta Luis muy feliz, creo que más que regañar nos lo que quiere es ir corriendo con nuestros padres.

-Sí, vamos, por una vez quiero decirles a nuestros padres que te has portado perfecto en el tiempo que hemos estado fuera - hice una pausa - si preguntan donde estuvimos decid que de acampada y nos perdimos.

¡Menudo deseo! *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora