Capitulo IX

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I love when you don't take no

Sonreí con diversión al escuchar la respuesta de mi acompañante,sus ojos me vieron por unos segundos y luego de soltar una ligera risa volvió sus ojos al camino.

Era en esos momentos tan fugaces y especiales que agradecía estar con vida, respirando, agradecía tener una familia,tener amigos,tener salud.

Bajé el cristal de la ventana y sonreí al disfrutar de la brisa que nos brindaba la velocidad,una sonrisa se instaló en mis labios y nuevamente esa cálida sensación volvió a mí pecho. Tenía unas enormes ganas de gritar,gritar de felicidad, gritar por sentirme libre.

Escuché la risa burlona se Andrew a mis espaldas y sonreí,tomé aire y saque mi cabeza por la ventana cual can.

La risa de mi acompañante solo se intensificó,cerré los ojos y a todo pulmón grité.

—Tranquila, señorita Wallkerville.—dijo Andrew quien trataba que volviera a meter la cabeza dentro del auto.—

Solo reí y volví a tomar asiento, realmente necesitaba un respiro y una salida con alguien especial nunca estaba de más.

We don't have to be ordinary

Bajamos del auto y enseguida mis ojos se iluminaron,no tenía ni idea de que había un carnaval en la ciudad.

—¿Me permite crear un hermoso recuerdo éste día?— sonreí y tomé la mano del azabache para luego correr dentro del carnaval.

A pesar de que no era muy grande y aún era demasiado temprano todo se veía tan alegre y colorido,no quería imaginar cómo sería cuando el sol bajará.

Andrew tomo mi mano con fuerza y volteo a verme con su tímida y encantadora sonrisa,sentí como mi cara comenzaba a enrojecer pero también le sonreí.

Comenzamos a caminar,pasando por cada uno de los puestos de comida y juegos de destreza. Me sentía bien estando junto a él,sabiendo que era mi amigo y que no dejaría que nada pasara,me sentía segura pues algo en mí decía que el no enloquecerá y tratara de matarme. Sencillamente me sentía genuinamente bien estando con Vernon.

Caminando otro poco descubrimos que había un zoológico infantil y otro poco después había un espacio de exhibiciones con recursos naturales.

—¿Podemos? ¡Por favor,por favor,por favor,por favor!—comencé a suplicar como niña de 8 años queriendo ir con los conejitos.—

—Eres todo un caso,nena—dijo pellizcando mis mejillas y riéndose suavemente.—

Entramos juntos al zoológico e inmediatamente corrí hasta los conejos,había miles,tal vez no tantos pero si eran muchos y todos eran realmente adorables y esponjosos.

—¡Los quiero todos!— dije mientras cargaba tres y otros dos se escondían tras mis piernas.—

—No creo que puedas mantenerlos,en especial con ese gato gruñón que tienes por mascotas.—dijo mientras acariciaba uno de esos esponjosos conejos.—

—¿Disculpa?—hice una exagerada mueca dramática—¿Llamaste mascota a MI HIJO?—me acerqué a el con aires de ofendida y le dí un pellizco.—

Absente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora