Cap. XXXII

2.4K 102 19
                                    

El amor es el ser mitológico por excelencia. Todo el mundo habla de él. Todo el mundo dice que lo ha sentido, todo el mundo desea vivir uno, pero la realidad es que nadie lo ha visto ni ha podido tocarlo.

El amor es como una leyenda, es un personaje ficticio, es intangible, pero al mismo tiempo existe, porque para que algo exista, basta con sembrar la idea en la mente de la otra persona... Y el amor es el ser más popular dentro del inconsciente colectivo de la humanidad.

Todos deseamos tener un amor y para comprobar su existencia dejamos que nos hagan daño en el corazón, solamente porque así mantenemos viva la llama de su existencia...

Como los dragones.

...

Natalia despertó entre los brazos de Alba tras el estruendoso sonido de la alarma contra incendios.

–¿Qué cojones? –saltó asustada, rompiendo el abrazo.

La fotógrafa abrió los ojos desorientada, no entendía lo que había pasado.

Lo último que recordaba era tener a Natalia entre sus brazos y ahora se encontraba con el corazón palpitando a mil por hora debido al sobresalto.

Como si eso fuera poco, los golpes en la puerta no se hicieron de esperar. El personal de seguridad les pedía que desalojaran la habitación.

–¿Qué está pasando, Natalia? –Alba se levantó casi entrando en pánico.

–Tranquila, mi amor –la abrazó fuerte porque notó que su chica temblaba –Tenemos que salir de aquí lo más rápido posible.

–¿Sin empujar ni correr? –cuestionó Alba con expresión de cachorrito.

–Sin empujar ni correr, Albi –confirmó Natalia, quien era experta en seguir las normas del protocolo.

Ambas mujeres se levantaron de la cama y así, como se encontraban vestidas, con el pijama puesto, abandonaron la habitación y tomaron la salida de emergencia yendo escaleras abajo.

Eran demasiados pisos los que tenían que bajar. No habían descendido ni la mitad cuando Alba se dejó caer en la alfombra y se recargó contra la pared del piso 27.

–¿Es en serio, Natalia? –parecía fuera de sí –¿Vamos a morir aquí calcinadas y lejos de nuestras familias?

–No, Albi, no vamos a morir. La alarma de activó, pero es probable que el incendio se haya suscitado en otra ala del hotel, aquí no se alcanza a sentir el calor de las llamas, no se ve humo y tampoco huele a quemado.

–Tengo miedo –confesó finalmente.

–Oye, no pasa nada, solo necesitamos salir de aquí –la voz tierna de Natalia era todo lo que Alba necesitaba para reunir fuerzas y levantarse –No creo que este cuente como un lugar seguro –extendió sus manos para que su chica se pusiera de pie.

–¿Podrías abrazarme muy fuerte? –le pidió al tiempo que cogía las manos que Natalia le ofrecía y se levantaba.

–Ven aquí –dijo conmovida. Envolvió su cuerpo con todo el instinto protector del cual se encontraba invadida de solo ver esa expresión de angustia en el rostro de Alba –Voy a abrazarte tan fuerte que no volverás a sentir miedo jamás. Será un abrazo que te dará protección incluso para usarle en otras visas. Así que ahora de lo único que debes preocuparte es del ridículo que vamos a pasar cuando lleguemos al lobby y todos los huéspedes, incluido el personal, te vean con este pijama.

–Eres una idiota –Alba tenía lágrimas en los ojos, pero eso no fue impedimento para que ensartara un buen golpe en el brazo de Natalia.

–Eso habla muy mal de ti, Reche, porque hasta donde tengo conocimiento, te encuentras perdidamente enamorada de mí, es decir, de una idiota –decía sin dejar de abrazarla. Su voz era bastante tenue y la fotógrafa poco a poco conseguía alcanzar la calma entre sus brazos.

Misión, visión, valores y objetivos de una empresa no cumplidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora