Misión, visión, valores y objetivos de una empresa no cumplidos

Cap. XXXVII

–¡Joder, Lacunza, más de dos años sin vernos y no me das ni siquiera un abrazo! –se quejó el atractivo hombre.

–Sabes que no soy muy afecta al contacto físico y tampoco es que seas mi persona favorita –le respondió intentando descifrar cual podría ser el motivo de su extraña visita tras años de ausencia.

–Pero yo soy la excepción de tu vida, amos sabemos lo mucho que nos amamos... Nos quisimos locamente en el pasado.

–No te confundas, Miquel, yo amaba locamente las cuentas bancarias de tu padre y cerrar contratos millonarios con vosotros.

–Vamos, Natalia, tú eres incapaz de sentir otra clase de amor, así que en tu idioma, eso fue amor por mí y para mí.

Natalia Lacunza sonrió.

Su ex novio tenía razón, la conocía casi a la perfección. Solamente que omitió un pequeño detalle: él no conocía de la existencia de Alba Reche.

–Quizás las cosas hayan cambiado un poco desde entonces –ella le informó con cierto misterio.

–¿Vas a decirme que conociste a alguien mejor que yo? –preguntó sorprendido, casi rayando en la indignación.

–Mikel... –ella clavó sus ojos en los suyos y arqueó una ceja –Cualquier homeless de Bronx es mejor persona que tú.

–No has respondido a mi pregunta, Natalia.

–No tendría por que hacerlo, odio hablar sobre mi vida privada, sin embargo, estoy tan contenta que me muero por gritarlo a los cuatro vientos. Ahí tienes tu respuesta –dijo secamente, pero con la mirada radiante y completamente llena de luz.

–¿Y quién es él? ¿Cómo consiguió una pica hielos para tocar tu corazón?

–Digamos que tiene la inteligencia que a ti te falta –ella le guiñó un ojo.

–Bueno, pero no podrás negarme que en el tiempo que estuvimos juntos, la empresa de tu padre ganó mucho.

–No lo niego, siempre ha sido muy benéfico para PLATINUM COLLECTION hacer negocios con tu familia.

–Entonces en nombre de esos buenos tiempos acepta cenar conmigo esta noche, creo que me lo debes por la forma en cómo me dejaste.

–Esta noche es imposible, ya tengo un compromiso previamente agendado.

–Cancélalo –exigió él en un tono que a Natalia le pareció que el chico se sentía con cierto derecho sobre ella.

–Me temo que por esta vez, tu petición será imposible de complacer.

–Vamos, Natalia, solamente estaré un par de días en Madrid y vengo a proponerte el negocio de nuestras vidas, pero no pienso hablar sobre ello en esta aburrida oficina.

–Está bien –la empresaria tenía un talón de Aquiles: el dinero y el poder –Vamos a comer juntos entonces –aceptó parcialmente la invitación.

...

Alba cogió su bolso y se dirigió a la salida del corporativo acompañada por María.

–Nos urge elegirte un coche –sugirió la propietaria del Maserati rojo, mientras ambas lo abordaban.

–Tienes razón, pero desde que pisé el maldito aeropuerto de Madrid mi vida ha sido u torbellino, primero lo de mi padre, después Natalia Lacunza, descubrir el engaño de la corona de flores, el viaje a Barcelona y ahora...

–Ya sé, ahora solamente puedes pensar en tu gran noche –adivinó enfilándose a la salida del aparcamiento.

–Por cierto, Natalia me llamó, parece que está un poco liada con un cliente bastante difícil, un jeque petrolero de Medio Oriente.