Hawks no se había movido del escritorio de la albina, faltaban cinco minutos para que terminara la apuesta y la chica no había regresado. El alado mantenía su sonrisa mientras veía el reloj, había agarrado uno de las plumas que tenía Hayami en el escritorio y lo movía entre sus dedos. Solo faltaba esperar a que llegara y poder decidir a donde podrían ir a cenar.
Ahora solo faltaban dos minutos y se escuchó la puerta abrirse, Hawks deja la pluma en la mesa y se levanta de su lugar. La albina entro al edificio con la mirada en el rubio, mientras este se acercaba donde ella se encontraba.
-¿Estas lista para nuestra cita de esta noche?- pregunto con una gran sonrisa.
-Hawks, lo siento- una sonrisa apareció en los labios de la chica-. Pero acabas de perder la apuesta.
En eso unos policías entraron con cinco hombres esposados, se le borro la sonrisa de inmediato a Hawks, algo que hizo que la chica soltara una pequeña risa, él estaba seguro que iba a ganar la apuesta. Vio el error que fue confiarse y subestimar a la albina, pero no imagino que ella pudiera lograrlo en los últimos minutos de la apuesta.
-Estos cinco estaban robando una tienda y llegue en el momento justo- puso sus manos sobre su cadera-. Estarás ocupado durante una semana.
Palmeo el hombro del rubio y se dirigió a su escritorio para seguir con su trabajo. Seguía con una risa burlona mientras prendía su computadora, ella ni siquiera estaba segura de poder ganarle a Hawks, de hecho, n algunos casos el alado dejaba que atrapara algunos criminales cuando patrullaban juntas, ya que no quería se sintiera mal por la gran diferencia. Pero tenía que admitir que tuvo algo de suerte el encontrar a esos chicos.
∆
Ya era de noche y solo una persona se encontraba en el edificio, sentado en su silla y con el papeleo en su escritorio, ya estaba cansado, quería llegar a su departamento y descansar. Quería tomar un baño y acostarse en su cama mientras tratara de conciliar el sueño.
Soltó un suspiro y se recargo en su silla, veía el techo de su oficina, espero durante varios días esta noche, ya que estaba seguro que él iba a ganar la apuesta y lograr tener una cita con Hayami. Con sus dedos agarro la parte arriba de su nariz y cerro los ojos.
Flashback
-No te entiendo, ¿qué te cuesta solo invitarla a salir?- la chica le dio un vaso de zumo y se sentó a su lado en el sofá.
-Sé que si se lo pido me rechazara y pensara que es una broma- tomo el vaso y tomo un trago.
-Tienes que dar a entender que te gusta.
-No me gusta- casi escupió el zumo por lo que le había dicho su amiga-. Solo será una cita como todas las otras.
-Entonces, ¿Cuál es la razón por la que todavía no la invitas? Si fuera otra cita más que llega a otra cosa, ya lo hubieras hecho y si te rechazara la dejarías en paz.
Los dos quedaron en silencio, el héroe miraba con detenimiento el líquido que se ubicaba en su vaso. Sabía que tenía razón, pero no era algo tan fácil de admitir, algunos sentimientos que tenía eran nuevas para él, no era fácil.
-Es algo que no puedes negar... Este tipo de situaciones uno tiene que arriesgarse y dar todo lo que tiene.
Se escuchó la puerta abrirse y los dos voltearon a ver a la persona que entraba.
-Ya llegué, Ami- dejo sus llaves en una pequeña mesa que se encuentra a un lado de la puerta.
Deja las bolsas de tela en la cocina y va a la sala encontrándose con el alado y la castaña sentados juntos, mirándolos confundidos.
-¿Qué hace él aquí?- pregunto con molestia.
-Vine hablar con una amiga, ¿no puedo visitar a mi amiga y pasar un tiempo con ella?- tomo un trago de su zumo y lo dejo en la mesa que está enfrente de ellos.
Suspiro la chica y se fue directo a su cuarto, el alado no despego su mirada de ella ningún segundo mientras sonreía por lo que acaba de pasar.
-Claro, no te gusta ni un poco- tomo un sorbo de su zumo-. No entiendo cómo puedes sonreír tan bobamente si la viste enojada.
-Porque es ella y sigue siendo hermosa- dijo sin pensar, es algo que solo le había llegado a la cabeza, ni siquiera pensaba decirlo, pero las palabras solo salieron.
Flashback
Se acomodó en su silla y siguió trabajando, pero escucho que alguien abría la puerta y se asomó una cabeza.
-¿Qué haces aquí?- pregunto sorprendido.
-Vine a ver cómo te iba y supuse que tenías hambre- la albina entro y cargaba con una bolsa de plástico, se escuchó un pequeño ruido que provenía de la panza del alado. Hayami se rió y se acercó a su escritorio.
-Sí que me conoces- dijo con una sonrisa que demostraba lo agradecido que estaba a salvarlo de morir de hambre solo en el edificio.
Hayami agarro una silla y se sentó enfrente de Hawks, saco de la bolsa dos recipientes de plástico, le extendió una a Hawks y abrió el suyo.
-Te voy ayudar solo esta noche, pero toda esta semana lo harás tú solo- llevo un pedazo de carne a su boca y agarro unas hojas, Hawks la veía con una sonrisa de oreja a oreja y con gran cariño, un brillo apareció en sus ojos, no podía impedir ver esos ojos grises de la chica junto con sus largas pestañas enchinadas.
-Al final salí ganando- la chica lo miro con confusión-. Tenemos una cita.
-Esto no es una cita, solo es una noche de trabajo.
-Claro, tal vez no sea la mejor de todas, pero es una cita- la albina se rio por su comentario.
-Créeme he tenido peores, pero también he tenido mejores, esto es algo intermedio.
-Entonces admites que es una cita- acomodo su mejilla sobre su mano- pero te prometo que nuestra próxima cita va a ser mejor.
-Esto no es una cita y no tendremos una cita, fin de la discusión- Hayami se concentró en las hojas mientras que Hawks veía por última vez con ternura a la chica para luego seguir con su trabajo.
∆
Pasaron algunas horas y Hayami se había quedado dormida, el rubio tiro la basura y la cargo entre sus brazos. Cuando salió del edificio se fue volando, llego a una pequeña terraza de un edificio y vio las luces apagadas. Veo a Hayami que se encontraba en un profundo sueño, admirada cada facción de la chica y sus cabellos que se revolvieron por el viento, se acercó a su rostro y deposito un pequeño beso en su frente. Después de unos segundos toco el ventanal, una castaña con el cabello despeinado apareció y le abrió.
-¿Así que al final ganaste?- Hawks entro al departamento y se dirigió al cuarto de la ojigris-. ¿Cómo les fue?
-Perdí- la castaña se sorprendió, tanto que se le quito el sueño, ella estaba segura que él iba a ganar-. Fue a ayudarme.
-Típico de ella- vio con una sonrisa a su amiga que dormía plácidamente en su cama y vio su cabello un poco más largo-. Sera mejor dejarla descansar.
El alado asintió. Los dos salieron del cuarto y se fueron a la terraza.
-Tal vez tengas razón.
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Otro camino (Hawks)
Fanfiction¿Qué tiene de malo decidir tu propio camino? Las personas tienen que decidir lo que ellos quieren.