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El rubio y la albina se encontraban en la gran mansión de los padres, para ser más exactos, en el cuarto del pequeño niño de 10 años. Los padres se encontraban sentados en la cama explicando la situación.

-Amane siempre regresa de la escuela todos los jueves, nos pidió que por lo menos una vez a la semana le diéramos esa libertad, pero estaba segura que no era una buena idea- explico la señora con un pañuelo en la mano.

-Tranquila, haremos lo posible por encontrar su hijo- se acercó la albina a la señora y deposito su mano en la de ella, para poder consolarla-. Por ahora sabemos que no fue secuestrado.

-¿Cómo es que están seguros?- pregunto el señor-. Podrían estar haciéndole algo en este momento.

-Si hubiera sido un secuestro, ya hubieran hablado para pedir una recompensa.

-Tal vez solo quería jugar con sus amigos- fue el primer comentario que dio el alado cuando llegaron a la casa de la familia.

-Eso no sería posible, no tiene muchos amigos y los poco que tienen siempre los recogen de la escuela.

-¿Qué tal si van tomar algo? Nosotros nos encargaremos de eso.

Los padres aceptaron y salieron del cuarto. La chica se acercó a las fotos pegadas en la pared, fotos de los cumpleaños del pequeño niño.

-Yo revisare del otro lado.

La albina asintió, desde que los padres pidieron que los ayudaran a buscar al niño, no han intercambiado palabra, ni miradas, haciendo que el silencio fuera incómodo.

Reviso las hojas que se encontraban en el pequeño escritorio, eran tareas, todo con calificaciones excelentes, a un lado del escritorio se encontraba un pequeño violín.

-¿Encontraste algo?- la chica se sobresaltó por la voz que venía de atrás de ella-. Los demás dicen que no encuentran a ningún niño en la calle con el uniforme de la escuela.

-Eh... Todo lo que hay aquí solo muestran que es un niño ordenado, con calificaciones perfectas.

-Con una familia con dinero, su vida debe ser perfecta- comento el alado, la chica agacho la cabeza y tomo una libreta del escritorio donde la portada mostraba el atardecer en un pequeño río.

-No todo es perfecto, nunca lo es.

El alado la vio confundida.

-¿Tú que encontraste?

-Nada, todo ordenado, como dijiste. Solo que un cajón se veía que algunas playeras desordenadas, como si estuvieran buscando algo entre estas.

Se encontraban en la oficina, en una pizarra se encontraba un mapa donde señalaban los diferentes caminos que pudo haber tomado el niño para llegar a su casa, ya habían mandado algunos a que revisaran las áreas de ahí, pero seguían sin encontrarlo. Algunos se encontraban en la sal discutiendo sobre las posibilidades de lo que le paso al niño desaparecido.

-Si no está con sus amigos, entonces lo secuestraron.

-Si lo hubieran secuestrado habrían llamado a la familia.

-Tal vez no sepan quienes son los padres.

-¿Estas bromeando? Tiene el uniforme de una de las escuelas más caras y la cara de su padre sale casi en todos lados, es obvio que tienen que saber quién es su familia.

-Aparte de que debe de estar los números de sus padres en su celular, ya debieron haber llamado desde ahí.

-¿Ya se localizó el teléfono?

Otro camino (Hawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora