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Al día siguiente todo transcurrió normal, si se puede decir, Hayami y Hawks apenas se dirigían la palabra, solo para los asuntos del trabajo, ninguna broma, ninguna pelea, nada, y no paso por alto en el edificio, muchos pensaron que uno de los dos se había pasado de una broma, haciendo que el otro se enojara más, aunque no tendría sentido, ya que sabían que no se dirigían ninguna palabra, es como si hubieran regresado a lo que eran antes, cuando Hayami apenas tomaba confianza en su trabajo. Prefirieron no meterse en sus asuntos e hicieron su trabajo de todos los días.

La albina logro terminar su trabajo del día y parte de lo que se había acumulado, admitía que tenía que agradecerle al alado por la ayuda, se hubiera llevado más tiempo sin él. Alzo sus manos, las entrelazo y se estiro, para después soltar un suspiro de alivio, vio la hora y daban las 18 hrs. Tomo sus cosas y se dirigió a la oficina del héroe, viendo que se encontraba viendo el gran ventanal donde se mostraba como se ocultaba el sol y una parte de la ciudad.

-Hawks, termine todo el trabajo pendiente- pensaba agregar un "Gracias por tu ayuda", pero un nudo se sintió en la garganta, no podía explicar la razón de no poder decirlo. ¿Era por la pena que sentía que él tuvo que encargarse de su trabajo? ¿Qué si no fuera por el secuestro no tuvo que molestar al rubio con esa clase de trabajos? ¿Se sentía culpable?-. Me voy, no llegues tarde a la fiesta.

-No te preocupes, llegare a tiempo- se giró a verla y le dio una pequeña sonrisa-. Nos vemos en un rato.

-Ah, por cierto, no se te olvide ponerte una corbata.

-¡Mírate, estás hermosa!- la castaña vio a su amiga con emoción al verla en ese hermoso vestido que habían encontrado en su closet.

Era un vestido sencillo color negro, se encontraba algo ajustado en la parte de arriba hasta sus caderas, logrando mostrara la figura de la albina y dejando una pequeña parte de su espalda descubierta; la parte de abajo se encontraba suelo y llegaba hasta sus tobillos, no tenía mangas, pero se llegaba a cubrir sus hombros con un chal negro transparente; llevaba unos tacones abiertos, mostrando sus uñas pintadas de color negro. Se había hecho un peinado sencillo, se había hecho un chongo algo despeinado, dejando ver sus pendientes rojos que hacían juego con el collar de un pequeño rubí en forma de gota de agua, que le habían regalado en su cumpleaños; y el labial rojo que hacia resaltar sus pequeños labios finos.

-No es para tanto- dijo nerviosa mientras agarraba una pequeña bolsa negra con una cadena para ponerla en su hombro.

-¿De qué hablas? Nunca te había visto así, déjame decirte que todos los hombres estarán atrás de ti- dijo con una sonrisa pícara, pero vio que su amiga no le molesto el comentario, solo guardaba sus cosas en su bolsa. Se acercó a su oído y en un susurro dijo-. No dudaría que cierto alado cayera a tus pies.

La albina apretó con fuerza su labial que estaba a punto de guardar, su cara llego a ornarse de un color rojo, su amiga se comenzó a reír fuerte mientras se ponía enfrente de Hayami para poder ver mejor la cara de vergüenza que tenía.

-E-Eso no pasara- guardo el labial junto a sus llaves-. Ya me voy, se me está haciendo tarde.

La chica trato de evitar la mirada de su amiga y que llegara hacer comentarios que la molestaran más, abrió la puerta y Ami solo se rio por las reacciones de Hayami, siempre le causo ternura como solía reaccionar.

-No llegues tan tarde- alcanzo a decir antes de que cerrara la puerta-. Sera una noche divertida, me hubiera gustado ir.

Ya se encontraba afuera de la mansión, se lograba escuchar la música y el ruido de las personas hablando cuando se juntaban, vio el patio enorme con pequeñas luces que la decoraban y una fuente que se encontraba en el centro, donde en la parte de arriba se podía ver a una mujer bailando.

Otro camino (Hawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora