capitulo 14

55 5 1
                                    

Quid verum atque decens era el


lema de la familia Stoker. «Lo que es


verdad también es honorable.» El padre de Bram Stoker se lo había impuesto a sus siete hijos, pero era un sentimiento que a Bram le resultaba excesivamente difícil de aceptar en esos días.


-T'anam an Diabhal -maldijo entre dientes Bram en su gaélico nativo.


Había esperado hasta que se hubo


marchado ese molesto chico,Quincey


Harker, antes de salir de su oficina. Para mayor consternación, oyó que el chico se iba con Hamilton Deane. Sin duda se dirigían al Ye Olde Cheshire Cheese, la taberna favorita de Deane, para hablar de Basarab. Daba la sensación de que Deane no iba a olvidarse del asunto, tal y como esperaba Stoker. Él siempre era meticuloso en su vida, incluso cuando cambiaba de profesión erráticamente.


Todas sus acciones formaban parte de un plan mayor y bien concebido. Tener que lidiar una variable impredecible como Quincey Harker en la mezcla era desconcertante.


Drácula era la última oportunidad


de Bram Stoker. Una última oportunidad para reivindicarse como autor; una última oportunidad de vivir su sueño; una última oportunidad de conservar su teatro. Ahora que su hijo había crecido y se había emancipado, Stoker no tenía nada que lo esperara en casa. Incluso su hermosa mujer le hacía sentir que estaba de más, y a Bram ya no le importaba que el amor se hallara ausente de su lecho.


El Lyceum había sido su verdadero


hogar durante décadas, y moriría antes que permitir que alguien como Hamilton Deane se hiciera con el control.


Stoker subió renqueando al


escenario. Tantas representaciones,


tantos recuerdos en ese gran auditorio..., y sin embargo, había


cambiado mucho. Aquel glorioso techo abovedado que tanto había amado había desaparecido. Dos filas de asientos adicionales entorpecían la labor de laorquesta. Stoker despreciaba la forma en que Deane estaba transformando su querido teatro clásico en una especie de


cabaret. Aunque Stoker no se oponía a la nueva era industrial, creía que un teatro era un terreno sagrado. ¿Alguien modernizaría las catedrales góticas? Rio para sus adentros. Quizá Deane lo haría. Deane estaba obsesionado con los últimos artefactos modernos y había


estropeado con ellos el teatro de Stoker. Había instalado un telégrafo sin hilos, ese invento de Marconi, con la excusa de que impediría que los actores corrieran constantemente a recibir mensajes. Allí estaba también el nuevofoco de «filamento concentrado» de Edison. Deane incluso había llamado al famoso arquitecto de teatros Bertie


Crewe para que rediseñara el interior del auditorio para proporcionarle una «mejor acústica». Aunque detestaba el amor de Deane por lo «nuevo y lo


moderno», comprendía que era ese


mismo amor el que permitía que Deane viera valor en las ideas innovadoras.


Ese hombre percibía el potencial de la
novela de Stoker. Comprendía que las historias de terror, que habían sido


relegadas a lamentables panfletos,


finalmente estaban encontrando un


público más amplio. Representar


Drácula para competir con las exitosas adaptaciones de Frankenstein y Jekill y Hyde podía reportarle una pequeña fortuna. Stoker tenía el teatro y Deane

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 11, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

dracula el no muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora