capitulo 1

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Oceanos de amor, Lucy

la inscripcion era la unica cosa en la que el doctor jack seward pudo concentrarse cuando sintio que la oscuridad le vencia. En la oscuridad estaba la paz, no habia luces crudas que iluminaran los restos hechos jirones de su vida. Durante años se habia consagrado a combatir la oscuridad. Ahora se limitaba a abrazarla.
Seward solo encontraba paz por la noche, en el recuerdo de lucy. En sus sueños todavia sentia la calidez de su abrazo. Por un fugaz instante, regreso a Londres a una epoca mas feliz donde encontraba sentido a la existencia rodeado de su entorno y dedicado a la investigacion. Esa era la vida que habia deseado compartir con Lucy.
El estruendo matinal de las carretas de los lecheros, pescaderos y otros comerciantes que se apresuraban ruidosamente por las calles adoquinadas de Paris se infiltro en el sueño de Seward y lo devolvio de golpe a la dura realidad del presente. Se obligo a abrir los ojos. Le escocian mas que si le hubieran echado yodo en una herida abierta. Cuando logro enfocar el techo resquebrajado de la vieja habitacion alquilada de aquel albergue parisino, reflexiono sobre lo mucho que habia csmbiado su vida. Le entristecia ver que habia perdido la musculatura de antaño. Su biceps flacido parecia una de esas modernas bolsitas de te hechas de muselina cosida a mano despues de sacarla de la tetera. Las venas de su brazo eran como los rios de un mapa ajad. No era mas que una sombra de lo que habia sido.
Seward rezo por que la muerte no tardara en llegar. Habia donado su cuerpo a la ciencia para que lo usaran en un aula de su antigua universidad. Le reconfortaba pensar que su muerte ayudaria a inspirar a futuros medicos y cientificos.
Al cabo de un rato, recordo el reloj que todavia agarraba con la mano izquierda. Le dio la vuelta ¡ las seis y media ! Durante un instante le invadio el panico. ¡Por todos los demonios ! Habia dormido demasiado. Seward se puso en pie tambaleandose. Una jeringuilla de cristal vacia rodo desde la mesa y se hizo añicos en el sucio suelo de madera. Una ampolla de morfina de color marron ahumado estaba a punto de sufrir el mismo destino que la jeringuilla, pero seward cogio rapidamente el preciado liquido y se desato la cinta de cuero del biceps izquierdo con un agil movimiento. Recupero la circulacion normal en el tiempo que tardo en bajarse la manga y volver a colocarse los gemelos con el monograma de plata en su raida camisa de etiqueta. Se abotono el chaleco y se puso la chaqueta. Wallingham y Sons eran los mejores sastres de Londres. Si el traje lo hubiera confeccionado cualquier otro se habria desintegrado diez años antes 《la vanidad se resiste a morir》penso seward para sus adentros con una risita carente de humor.
Tenia que darse prisa si no queria que se le escapara el tren. ¿donde estaba la direccion? . La habia guardado en un lugar seguro. Ahora que la necesitaba no lograba recordar donde la habia metido. Dio la vuelta al colchon lleno de paja inspecciono la parte inferior de la mesa que bailaba y miro bajo los cajones de verdura que servian de sillas. Paso su mirada por las pilas de recortes de periodico viejos. Sus titulares hablaban de la preocupacion actual de sewar: horripilantes historias de jack el destripador. Fotos de las autopsias de las cinco victimas conocidas. Las mujeres mutiladas parecian posar, con las piernas abiertas, como si esperaran aceptar a su desquiciado asesino. Se tenia al destripador como a un carnicero de mujeres pero un carnicero es mucho mas piadoso con loa animales que sacrifica. Seward habia releido infinidad de veces las notas de las autopsias. Paginas sueltas de sus teorias e ideas escritas en trozos de papel, carton rasgado y cajas de cerillas desplegadas revoloteaban a su alrededor como hojas arrastradas por el viento. El sudor que le resbalaba por la frente empezo a irritarle los ojos inyectados en sangre. Maldita sea. ¿Donde lo habia metido? El benefactor se habia arriesgado mucho para conseguirle esa informacion. Seward no podia soportar la idea de decepcionar a la unica persona que todavia creia en el. Todos los demas -los Harker, los Holmwood- pensaban que habia perdido el juicio. Si pudieran ver el estado de su habitacion se habrian reafirmado en esa opinion. Examino las desconchadas paredes de yeso y vio las pruebas de sus arrebatos inducidos por la morfina, sus disparatadas revelaciones escritas en tinta, carbon, vino e incluso con su propia sangre. Ningun loco seria tan ostensible y sin embargo estaba seguro de que estos escritos algun dia probarian su cordura.
En medio de todo aquello habia una pagina arrancada de un libro clavada en la pared con una navaja con mango de hueso cuya hoja estaba manchada de sangre seca. En la pagina se veia el retrato de una bella y elegante mujer de pelo negro azabache. Al pie de la imagen se leia la inscripcion:《Condesa Erzsebet Bathory, hacia 1582》.
《Claro ahi es donde lo escondi》se rio de si mismo al desclavar la navaja de la pared cogio la pagina y le dio la vuelta. En su propia caligrafia apenas legible, encontro la direccion de una villa de Marsella. Seward descolgo la cruz,la estaca de madera y varias cabeza de ajo que habia puesto junto a la pintura de Bathory, finalmente escogio del suelo un cuchillo de plata. Lo guardo todo en el doble fondo de su maletin de medico y puso encima diversos frascos de medicina.

Bueno aca un capitulo mas pronto subo el siguiente y gracias a los que eatan leyendo. Besos a todos

dracula el no muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora