1. Bienvenido a Pledis School

10K 1K 1.7K
                                    


¿Cómo se sentía volver a la escuela? Quizá, algo emocionante, arrasador. Quizá, algo vacío, preocupado, incansablemente incómodo.

Pero iba mucho más allá de retornar a tu institución educativa, se llamaba volver a casa y encontrar a tu familia. Sólo con ese pensamiento reencarnarías la felicidad de asistir a la escuela. Olvidándose de los maestros, de las tareas y de los malos momentos, la escuela era un lugar sensacional.

O algo así pensó MingHao, mientras ingresaba a la esfera que le trajo un sin número de emociones.

BIENVENIDO A PLEDIS SCHOOL

Esperaba a ser el mejor alumno otra vez. Leyó infinidades de libros en las vacaciones, provenientes de la biblioteca en la casa de SoonYoung. Y no era exageración decir que el ahora peli-negro bailarín, tenía una mansión con todo incluido. SoonYoung no era amante de los libros, pero tenía muchos, demasiados.

Y le dijo que todos serían suyos, cada vez que lo visitara a él y a su increíble mansión.

El castaño (que había dejado a un lado sus rulos amarillos por algo más maduro) detuvo su caminar abruptamente al notar que muchos estudiantes formaban columnas para ingresar al famoso salón de actos.

—Les he dicho que se coloquen en columna, señores —escuchó la voz de SeungKwan, sonaba molesto—. ¿Quieren colaborar? ¡Me voy a volver loco!

—Ya calma, SeungKwan —apaciguó Vernon—. Déjalo, yo me encargo.

Y como una ola de viento, Vernon vociferó ¡cállense de una buena vez! entre tantos murmullos. MingHao tapó sus oídos, de sólo escuchar el gran grito que clamaba silencio. Por supuesto todos obedecieron y pasaron de ser conversadores de primera a la serenidad en su máxima expresión.

—Para que sepan, somos el consejo estudiantil —informó el muchacho—. Estamos cuidando del orden en esta escuela. Y si se los pedimos amablemente, es para que este tipo de cosas no sucedan. Ahora, ingresen al salón. En orden, por favor.

Era curioso que ahora Vernon se viera tan serio. Era verdad que, al principio, él se mostraba muy rudo e inmaduro. MingHao no supo qué milagro había intervenido entre él y su gran ego, pero lo hizo muy bien y se lo agradecía.

—¿MingHao? —la cabeza del recién nombrado, volteó. Su sonrisa de hizo ancha al encontrarse entre la fina mirada de Jun, otro chico con un nuevo cabello negro—. No pude reconocerte, el castaño te sienta muy bien. ¿Dónde están tus rulos?

Y al observarlo con más detenimiento, corrió la vista hacia sus maletas azules y costosas. MingHao escondió con pena su pequeño bolso. Aunque todos conocían la situación económica en la que se encontraba, no era cómodo para él aún.

—Jun, estoy feliz de verte también —su respuesta, hizo que el peli-negro riera un poco—. Quise hacer un cambio con mi cabello y veo que tú hiciste lo mismo con el tuyo.

—Fue algo que decidí antes de entrar a clases. Ya sabes, nuevo año. Además, estamos más grandes y necesitamos ser más serios, ¿no lo crees?

—Lo creo.

—¿Entramos?

Y ante la afirmación del castaño, ellos comenzaron a ingresar. MingHao notó al rubio SeungKwan en la entrada y le sonrió tímidamente, siendo correspondido. Vernon fue el siguiente, con un saludo militar y una sonrisa agradable.

Los había extrañado mucho.

Y ahora se preguntaba tantas cosas mientras su vista viajaba al escenario vestido de amarillo por las luces y la madera brillosa del suelo. ¿Cómo habían estado todos sus amigos? ¿Woozi habría logrado pasar el año? ¿Quién sería el nuevo director? ¿Le tocaría compartir cuarto con otras personas?

PLEDIS SCHOOL 2: VOLVAMOS A EMPEZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora