⇢F E A R

❝2O❞

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Sus ojos miraron alredor del lugar de donde estaba. No tenía idea de que paso, su cabeza empezaba a doler al preguntarse muchas veces “¿que paso?¿en donde estoy? Esas eran las preguntas que se repetía muchas veces.

El ambiente era frío, Tan frío que sintió un escalofrío por toda su espalda.

Trato de moverse pero se dio cuenta de que estaba atado de sus manos y pies en una silla de estilo clásico, un líquido carmesi salia de su cabeza en donde fue provocado el golpe.

¿¡Que mierda!?

Trato de moverse en un intento de soltarse de esas cuerdas pero solo ocaciono que se lastimara las muñecas y que saliera sangre de estas.

Un ruido, una pisadas pesadas se aproximaban a, lo que se supone, una habitación. Agudizó sus oídos para escuchar algún Otro ruido, unas llaves fue lo que escucho antes de que la puerta se abriera revelando a su secuestrador.

—Tu... —murmuró al reconocer a la persona que justamente estaba parada frente a él a un metro de distancia.

—un gusto volver a verte, Miles —hablo con una dulce sonrisa que a viste de miles era escalofriante.

—¿q-que quieres? ¿Porque estoy aquí? ¿Donde estamos?—pregunto de forma rápida mirando a cada rincón del lugar evitando ver los ojos color sangre del azabache.

El azabache se acercó de forma lenta hacia el zorro amarillo y justo cuando estuvo enfrente lo primero que hizo fue agarrarlo de los tres mechones de pelo antes de golpearlo en el rostro.

—¿¡QUE MIERDA TE PASA!?—pregunto en un grito después de recibir el golpe, estaba aturdido pero eso no evito enfrentarlo y mirarlo a los ojos.

Mala idea, al ver el rostro del azabache sse asusto. Este tenía una mirada oscura, sus ojos estaban más rojos de lo normal y esa sonrisa que tenía en el rostro le causó mucho terror.

Al instante se arrepintió de gritarle al recibir varios golpes en el rostro y en el estomago. El azabache agarro la cabecera de la silla clásica y la hizo hacia atrás y acercó su rostro, quedando a unos centímetros del rostro del de cabellos rubios.

—quieres que te diga algo—susurro cerca de la oreja del zorro, el de cabellos amarillos sintió un escalofrío al escuchar su voz.—se donde esta tu hermanito.

Eso fue lo que llamo la atencion del amarillo, miro al azabache con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido.

—n-no...tu no sabes donde esta...solo lo utilizas para molestar—susurro audible el oji-azul.

El azabache sonrió.

“eres más idiota de lo que creí”

Dejo caer al zorro haciendo que de este saliera un quejido.

—no... Te voy a a creer... Nada.

—es tu problema si no me crees pero si quieres pruebas—río y volvió a mirar al zorro—traeré la prueba—susurro con una sonrisa, y sin más camino hacia la puerta y salió.

Todo volvió a quedar en silencio, la oscuridad reino en toda la habitación haciendo que el zorro tuviera algo de miedo al estar solo, pensando que en cualquier momento vendría el azabache a atacarlo.

O Eso es lo que piensa.