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seguía Viendo como sus padres movían cosas de un lado a otro, Estaban muy ocupados como para ponerle atencion a su hijo menor.

Tal vez la mejor seria salir afuera pero seria igual, sus hermanos estaban con su tío y vendrían dentro de dos horas y el era el único quien se había quedado  con su familia para ayudar un poco.

Pero ya había terminado de acomodar algunas cosas y ahora no sabia que hacer, las cosas que traían sus padres eran demasiado pesadas para su pequeño cuerpo.

Camino lentamente hacia la puerta, la abrió y salió al exterior de la casa. Algo que le gustaba de aquel lugar era el jardín y la tranquilidad del lugar con solo escuchar el sonido de la aves y el viento en su rostro.

Se sentó en la banquita que estaba a lado de la puerta, respiro profundo y exhalo.

Todo estaba muy tranquilo, suspiro, veía a los vecinos caminar o salir de sus casas a limpiar la parte de enfrente de sus casas.

Casi no hablaba con los hijos de sus vecinos al ser un poco tímido al no interactuar con otras personas que no sean de su círculo de amistad.

Miro Como algunos vecinos de acercaban hacia su casa  con paso apresurado entro a la casa y busco a sus padres.

Al encontrarlos dijo:

—alguien viene, mama—hablo el pequeño Captando la atención de sus padres.

El timbre de la puerta sonó y un “buenas tardes” se escucho detrás de la puerta. La mujer camino hacia la puerta con total curiosidad y la abrió dejando ver a tres personas.

Una mujer de cabellos largos de un hermoso color rosado, vestía de un vestido suelto de un color azul, zapatos del mismo color del vestido.
Sus eran de un color jade, piel de porcelana.

A lado de ella, un erizo albino de ojos color miel, piel clara, pelaje que a simple vista parecía muy suave, vestía una camisa manga larga color negra, pantalones del mismo color que la camisa y zapatos negros.

En medio de ellos estaba una niña de cabellos rojos, ojos color zafiro, pelaje de un color marrón que, al igual que el albino, se vía suave a simple vista, vestía de una blusa y short negro y unos tenis azules.

—buenas tardes, ¿que se les ofrece?—pregunto la madre del cobalto.

La eriza rosada y el albino se miraron por unos momentos antes de hablar.

—estamos buscando al hijo de una amiga—hablo el albino, la eriza de ojos color jade saco de su bolso un marco y en este venia la fotografía de la persona que estaban buscando.

—¿lo han visto?—pregunto la rosada con preocupación.

El padre del menor miro la foto con un gesto pensativo, abrió la boca sorprendido— a ese niño creó que lo vi

La mirada de la rosada se iluminó al escuchar esas palabras, por fin encontrarían al pequeño.

—¿sabe en donde esta?—pregunto esperando la respuesta del hombre delante de ella.

—creó a verlo visto por un parque —hablo el padre del menor, se quedo en silencio por un momento y volvió a hablar— creó que ese parque esta algo lejano.

—uhg... Se de que parque habla—dijo la rosada con una mueca.

—¿que? —pregunto el albino—que yo sepa solo ahí pocos parques aquí en mobius—dijo el albino con el ceño fruncido.

—si, pero el parque del que hablo el señor esta abandonado nadie a ido ahí y desde hace tiempo que lo cerraron.—explico la rosada.—y queda muy lejos de aquí, y nosotros tenemos auto para llegar hasta haya.

—solo tengo dinero para regresar a casa en un taxi, pero no para dar otra vuelta aparte de que si esta lejos nós cobrarían más—dijo el albino con una mueca al no poder ayudar en la búsqueda.

—los podemos llevar—dijo la madre del cobalto interrumpiendo la discusión de la pareja.

La joven pareja sonrieron nerviosos.

—garcías pero ¿no estariamos molestandolos con esto?.

—claro que no, los ayudaremos a buscar al pequeño. Como dicen algunos: entre más gente ayude mucho mejor—hablo la madre del pequeño cobalto con una sonrisa cálida al terminar de decir eso.

La joven pareja sonrió de vuelta.

—de verdad les agradecemos mucho—agradeció la rosada— déjenme buscar a mi amiga, ahora mismo deberá estar desesperada por buscar a su hijo—dicho eso se fue dejando al albino y a la niña de cabellos rojos con los padres del cobalto.

—de vedad agradecemos mucho su ayuda.

—no se preocupen, es más importante ahora encontrar al niño antes de que le pueda pasar algo.—dijo el señor speed.

Unos minutos después apareció La peli-rosa con otra persona quien la seguía un poco atrás pero siguiendo el paso de la rosada.

Sonic, quien estaba detrás de sus padres,  vio cuando llego la rosada con esa persona, miro curioso a la mujer.

Una eriza de cabellos amarillos con dos flequillos en la frente, vestía un vestido azul marino con un chaleco blanco, zapatos azules y una diadema azul en su cabeza.

Miro como sus padres platicaban con ella para después ver como ella con algunas lágrimas que salian por sus ojos safiro agradecerles por ayudarla.

—estará bien...—fue lo último que escucho antes de ver como salían de la casa

Su madre se dirigió hacia el y le agarro la manito para empezar a caminar hacia afuera.

—mami ¿a donde vamos?—pregunto el menor mirando a su madre quien le acaricio las orejitas.

—buscaremos a alguien cariño pero no quiero dejarte solo aquí.

El menor solo asintió siendo guiado por su madre al auto.

Mientras en un parque no tan cercano un niño miraba los restos de lo que algunas vez fue su mejor amigo.




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