Soñaba con hacerme viejo a tu lado, con tirarle migas a las palomas sentados en un banco, a mirar cómo dormías enfundada en aquel camisón de lino azul, a tomar café, tostadas, y tal vez tus besos por las mañanas, a que me curaras cada una de las heridas que con los años me había hecho la vejez, y que me desnudaras, cuando ni yo solo podía hacerlo. Quería que tú fueses la mujer de mi vida, a la que tanto le debo, y a la que tan feliz me ha hecho durante más de sesenta años que hemos compartido en la misma cama. La que no dormía para vigila mi sueño, la que sonreía por mí, por ella, por los dos. Con la que he tenido hijos, nietos, y con quien tuve el placer de criarlos desde bien pequeños. Yo ya no puedo cuidarlos, y sé que será extraño, pero igual sé que tú te encargarás de esa tarea, mujer, que yo ya no estaba para trotes, que me temblaban las manos y no me salía la voz, y tú hasta el último momento permaneciste a mi lado. Tu amor, como el dinero, cuanto más tengo, más lo quiero.
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Versos hechos de Insonmnio
PoesíaPoesía, en verso o en prosa, pero no deja de ser poesía. 2014-2015.