Hace un mes no nos escribíamos mucho Alex y yo, el día después de haber ido por primera vez al restaurante con Ian, Alex me había dicho que tenía que viajar unos días a México a resolver unos problemas familiares que habían surgido gracias a que él se había negado volver a la escuela de medicina.
Por lo menos se dignaba a un “buenos días” y “buenas noches”, claro, en horarios confusos.
-Jan, estas muy distraída últimamente- dijo Ian a mi lado, nos habíamos estado sentándonos juntos en la cafetería los últimos días, él se había convertido en un muy buen amigo, aunque a Dave le molestara de vez en cuando.
Salí de mis pensamientos, colocando mis manos en mi cara tapándola.
-Es solo que el colegio me está matando- no era mentira, mi último año era más atareado de lo que pensaba y desde ya mi madre se había puesto a buscar universidades y me pasaba la información de cuales podía costear.
Él rió.
-Por algo te estoy ayudando- él además de ser excelente en artes también era genial en cálculo, materia en la cual no me iba nada bien.
-Solo quiero descansar, tal vez unos días de vacaciones me podrían bastar- me quejé.
-Apenas empezó el año ¿Ya te estas quejando?- dijo Harriet llegando con su almuerzo.
Estampé mi cara contra la mesa sin pegarme muy duro. El colegio me afectaba, pero también el hecho que me estaba distanciando de Alex y eso no me agradaba para nada.
-La floja de Jane ha surgido más rápido de lo habitual este año- era la voz de Dave que al parecer había llegado a la mesa mientras mi cabeza seguía en contra la mesa.
Una mano recorrió mi espalda haciendo que un escalofrío se esparciera por toda mi columna haciéndome erguirme rápidamente.
-Vamos, tenemos clase de dibujo- dijo Ian el cual era dueño de la mano también.
Amigo. Amigo. Amigo.
No es que me gustara pero causaba una rara sensación en mí, siempre sabia como tratarme.
Mi celular sonó. Tenía la esperanza que fuera un mensaje de Alex, pero no, era una llamada proveniente de mi madre.
-Diga- respondí.
-Hola, cariño- respondió al otro lado de la línea mi mamá.
-¿De nuevo doble turno?- pregunté y sentí como suspiraba. Ni que fuese enfermera, ¡era una mesera! Deberían pagarle más, si tan solo supieran que su hija se queda en casa esperando a que vuelva todas las noches y casi nunca se ven.
-Dile a alguno de tus amigos que se quede a pasar la noche, nena. Sabes que no me gusta que estés sola- eso era sinónimo que no quería que estuviera más sola de lo que ya estoy.
-Como siempre- dije tratando de darle la menor importancia.
-Te amo-
Respiré profundo.
-Yo también- no mentía para nada, claro que la amaba, pero realmente quería unas vacaciones en las cuales estuviera mi madre y tal vez también Alex.
Colgué.
Todos me miraban y ellos ya conocían la típica historia de mi madre, pues por lo menos una o dos veces a la semana a Harriet o a Dave les pedía que se quedaran en mi casa, no porque mi madre lo dijera, sino más bien porque si me sentía sola.
Miré primero a Dave.
-Sabes que lo haría pero tengo que ayudarle a mis padres preparando su cena anual para los integrantes del consejo, es dentro de dos semanas, no me dejaran zafarme de esa- respondió Dave a mi mirada, y yo sabía que no era una excusa, su madre era integrante del consejo de la ciudad, y era de lo más social, y al contrario del entrenador, ella me amaba y me invitaba a la cena siempre y nos permitía llevar a nuestros amigos, que eso consistía en todos los del instituto pues me hablaba con casi todos, y no eran mis amigos pero era una excusa para hacer fiesta, ya que después de las doce de la madrugada, la madre de Dave lo consentía dejándolo hacer fiesta con dj y todo hasta las tres y luego nos íbamos a rematar a alguna casa de quien la ofreciera.
Esta semana no eran mis vecinos, pues preparaban todo en otra casa que tenían a las afueras de la ciudad.
Asentí dándole a entender que comprendía.
Miré a Harriet.
-Mi padre sigue molesto porque la semana pasada no regresé a la casa en la noche- respondió la peli roja con una mueca.
Ah sí, la nueva conquista de mi amiga, y por decir conquista me refiero al nuevo juguete de ella. No es que fueses una perra ni nada por el estilo pero de vez en cuando, para ser más específica, cuando su madre la hospitalizaban por sobredosis, ella se conseguía a alguien el cual se aseguraba que no buscara nada serio y se acostaba con él hasta que se le pase el problema emocional.
Si, somos típicos adolescentes con típicos problemas.
Suspiré.
Me rendí, me tocaría pasar la noche sola.
Tomé del brazo a Ian para que nos dirigiéramos a artes.
[…]
-¿Estas bien?- preguntó Ian detrás de su lienzo. Habíamos avanzado de nuestros dibujos a pintarlos, claro, él con el mío, y yo con el suyo, no lo dejábamos ver el uno del otro.
El trípode de ambos que se hallaban ambos en direcciones contrarias, no nos dejaban ver nuestros rostros así que él se corrió un poco hacía un lado.
-Odio tener que pasar la noche sola- me sinceré aunque no del todo, las únicas personas que sabían la verdadera razón por la cual no me gustaba dormirme en una casa sola eran Dave y Alex.
Pensándolo bien, Alex sabía todos mis secretos, fobias y manías, para ser alguien virtual.
-Puedo quedarme, claro, si no te importa- sugirió y me quedé viéndolo, tratando de ver sus intenciones, pero no parecían más que sinceras –Después de todo hoy es jueves, vamos a almorzar y puedo pasarme a quedar en tu casa- hace un mes seguíamos con la tradición de ir martes y jueves al restaurante del centro, el favorito de ambos.
Era la primera vez que tenía un amigo varón cercano, Dave no cuenta, él es como mi hermano o como mi amigo gay, pero si se llega a dar cuenta que eso pienso de él, tal vez me llegue a quedar sin que alimentar a mis hijos los primeros meses de su vida. Tampoco cuenta los conocidos con los cuales me llevaba, pues eran eso, conocidos, compañeros de clase, chicos con los cuales me había besado o pasado una noche, eso era todo.
Yo tampoco era una zorra o puta, pero por favor, soy una adolescente con hormonas alborotadas a la cual no cree en eso de perder la virginidad con “el indicado” o “alguien especial”, yo más bien creía en el placer y la diversión y si el día que llegara esa persona lo haría todo más especial, pero por ahora podría dejarlo en diversión.
Bueno me desvié del tema… Es mi amigo ¿Por qué no?
-Sí, puedes quedarte- acepté con una sonrisa que él me devolvió. Esa perfecta manzana cortada causaba una sensación en mí que me gustaba.
Sin darme cuenta ya me estaba sonrojando.
Él aun observándome rió.
-No te preocupes, Jan- ni mi madre me llamaba así –Noche de películas ¿no? Eso es lo que hacen las chicas-
Reí.
-No sé qué tipo de chica crees que soy, pero yo pintare un poco y me acostare a dormir- dije revelando mi rutina antes de dormir.
-Tienes razón, no eres el tipo de chicas que ven películas hasta llorar- dijo y sonreí al ver que me comprendía.
Terminé de darle color a su obra, ahora solo quedaba agregarle lo que creía que le hacía falta, empecé a pintar a otra persona en el columpio vacío, tampoco se le vería la cara al igual que al hombre del otro columpio, pero le haría una compañera, eso es lo que importaba.
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Atrapada en tu red (Catfish)
Teen FictionJane conoció virtualmente a Alex, y esta pareja cae perdidamente enamorada, hasta que un día Alex se muda a la misma ciudad que Jane, así que deciden conocerse finalmente después de medio año de mandarse mensajes. El día que se conocen todo cambiará...