Me había purgado por completo, mi mente estaba completamente abierta, sin murallas, y mis sentimientos se desbordaban o al menos los que tenían que ver con mi sexualidad.
-Te he traído el desayuno- dijo Harriet entrando a mi cuarto con una bandeja –Tu madre está descansando, al parecer tuvo una noche muy ocupada-
No sabía cómo mi amiga había llegado hasta aquí pero me alegraba verla. Le sonreí mientras me sentaba para recibir mi comida.
-Gracias, y por favor no te molestes pero ¿por qué estas acá?- pregunté lo más amable que pude.
Ella señaló mis ojos con una ceja arqueada, los palpé suavemente y dolió de lo hinchados que estaban.
Auch.
-No te preocupes- me guiñó el ojo –No sé qué paso y escasamente me importa, pero Dave me dijo que necesitabas de nuestra compañía y aquí estoy para apoyarte- me dio la mano y realmente sentí como recuperaba a mi amiga después de la pelea por haber salido a mis espaldas con mi mejor amigo.
Comí con muchas ganas, no sé pero sentía como si no hubiese comido en siglos.
-¿Cómo hiciste?- pregunté de repente sin poder amarrar más mis palabras.
-¿Hacer qué?- preguntó confundida.
Después de un rato Harriet se había acostado a mi lado.
-Al principio del curso… Dios, muchas chicas coqueteaban con Dave y él les seguía el juego…-
Ella hizo una mueca y me dio a entender que no quería que siguiera hablando.
-Lo ignoraba, sabíamos que teníamos que disimular y ese era el antiguo él, tenía que seguir siendo él, es decir, a veces me divertía pero él me juro que nunca llegaría a engañarme y pues yo le creo- me sonrió – Tampoco es como si yo fuese una santa en ese sentido, tuve que dejar atrás muchos vicios y costumbres-
-Lo amas ¿verdad?- pregunté atenta a su reacción y me impresiono ver como solo miraba al techo de mi cuarto pasiva.
-Eso creo, lo conozco de hace más de un año y solo hace pocos meses empezamos a salir, siempre me ha parecido guapo ¿a quién no? Pero me encanta todo de él, su forma de caminar, la forma en que habla, hasta la forma en que toma ese estúpido balón y encesta dedicándome la cesta- rió unos momentos como si recordara –Odio ese maldito balón, a veces me ignora solo para ir a jugar-
Sonreí mientras ella seguía metida en sus recuerdos, la escuchaba hablar pero no entendía nada ya que mi mente estaba viajando a la veces que había visto a Alex, la forma en que bailaba tan vivaz pero a la misma vez como si solo lo hiciese para mí, cuando se enojó conmigo y fruncía el ceño de una manera que hasta hacía resaltar más sus ojos, sus piernas largas y bien moldeadas saliendo de aquel auto, también su cabello que caía en sus hombros que en serio juraba que se estaba oscureciendo llegando a un negro que hacía ver su cara más pulida o cuando me hablaba a veces supongo que sin darse cuenta se los relamía y me sonreía de una forma que me deleitaba, su beso… tan suave como algodón de azúcar.
-De eso se trata el amor ¿no?- preguntó Harriet mirándome a los ojos muy fijamente como si esperara una respuesta exacta, hizo que me sacara de mis pensamientos.
-No entiendo-
-De ver las pequeñas cosas en una persona y agrandarlas que hasta los defectos parecen perfectos- hizo una pausa –De eso se trata el amor ¿no?- repitió la pregunta.
Suspiré sin querer.
No quería guardarle secretos a mi amiga, confiaba en ella y necesitaba a alguien con quien hablar además que Dave, no me malinterpreten, él es perfecto como mejor amigo pero sigue siendo un chico, me sabe aconsejar respecto a mi vida pero a veces necesito una voz femenina en mi cabeza y no la voz grave de Dave.
-Soy bisexual- dije sin rodeos.
Primero rió como si fuese una broma pero al ver mi semblante se dio cuenta que no lo era, se tornó más seria.
-No me lo esperaba- dijo tranquila.
-Por eso estoy así- señalé mi rostro –Hace mucho tiempo decidí que no podían gustar las chicas solo porque una me había roto el corazón… fue mi amor de verano, y después me di cuenta que Alex en verdad es una chica- reí –La ex de Ian, irónico y lo sé- respiré profundo para admitir lo que venía –Ayer la besé, engañé a mi novio con su ex-
Su rostro mostraba confusión y sorpresa.
-Vale, lo comprendo- dijo mientras me tomaba la mano –Pero nunca pensé que a ti te gustaran las chicas, tú al igual que yo también has sido un poco…-
-Zorra, lo sé, pero es por la misma razón que te digo, Tessa fue mi primer amor lésbico, y cuando me rompió el corazón jure que iba a ser el último, pero entonces…-
-Alex llegó- concluyó mi frase.
Asentí.
-La he cagado y en grande- dije sintiendo pesar por mí lo cual me dio un asco horrible –Lo siento, no sé si debí decírtelo, es algo grande- me mordí el labio y luego me paré de la cama sintiendo mis piernas mucho más firmes que antes.
-Hey, no digas eso, me alegra que confíes en mí, pero solo tengo una pregunta ¿En realidad te gusta Ian?- estaba de espaldas a ella pero podía sentir su penetrante mirada verde en mí.
-Sí, él es perfecto-
-Bueno, ¿pero es perfecto para ti?- preguntó indagando más.
Mierda ¿cómo iba a responder eso si ni siquiera yo lo sabía?
Abrieron la puerta de mi cuarto, nunca agradecí más que irrumpieran en mi cuarto sin ni siquiera tocar.
-Buenos días, chicas- saludó mi madre con su sonrisa de “estoy realmente cansada pero quiero estar contigo” -Veo que te has quedado dormida, no has ido al colegio- hice una mueca recordando ese pequeño detalle que es el estudio, al parecer ni Harriet había ido hoy.
-¿Saldremos a almorzar hoy?- pregunté adelantándome a lo que ella diría.
Mi madre asintió y luego frunció el ceño al darse cuenta de la cara que yo tenía.
-¿Problemas en el paraíso?- preguntó cruzándose de brazos, a ella no le gustaba para nada verme destrozada.
-No sé de qué paraíso hablas, ojala existiera tal cosa en mi vida diaria- suspiré.
-Jane- me regañó Harriet.
Puse los ojos en blanco y luego volví a mirar a mi madre.
-Lo siento- me disculpé.
-¿Te puedo ayudar en algo?- preguntó mi madre preocupada.
-No- le sonreí y suspiré, ojala pudiese contarle sobre Alex pero es mi madre, no quería que me empezara a mirar de otra forma, después de todo ella se crio con otras costumbres y no sé si comprendería mis gustos, por lo menos mis amigos cercanos lo comprenden –Te haré saber si algo-
Ella me sonrió para luego darme un beso en la mejilla y marcharse a su cuarto.
-No es que sea un genio para saber que algún día le tendrás que contar sobre tus gustos- dijo Harriet con su mirada escudriñadora –Tienes una excelente relación con ella como para ocultarle ese tipo de cosas-
Lo sé, dije en mi mente tratando de concientizarme sobre mi situación.
Mi amigo me tiró una toalla en la cara.
-Mejor arréglate, Dave y yo las acompañaremos a almorzar ya que no fuimos al instituto-
Me metí a la ducha mientras pensaba en el gran fin de semana de confesiones y algo me decía que aquí no acababa aquí y lo decía porque acababa de ver llamadas perdidas en mi celular de parte de Ian.

ESTÁS LEYENDO
Atrapada en tu red (Catfish)
Подростковая литератураJane conoció virtualmente a Alex, y esta pareja cae perdidamente enamorada, hasta que un día Alex se muda a la misma ciudad que Jane, así que deciden conocerse finalmente después de medio año de mandarse mensajes. El día que se conocen todo cambiará...