-Hoy Camille se lució con la comida- dije sonriente abriendo la puerta de mi casa.
Ya después de un mes de ir habíamos conocido a chef del pequeño restaurante a la cual le habíamos agradado y a nosotros ella.
-Ella es todo un encanto- y de hecho si lo era.
Habíamos arrimado a la casa de él por la ropa que se colocaría mañana y luego nos dirigimos a mi casa.
Entramos y todo estaba vuelto un desastre.
-Lo siento, no nos queda mucho tiempo para arreglar las cosas-
-No te preocupes, mi casa suele estar mucho peor- dijo dándome ánimos y reí, no me imaginaba nada peor que este desastre.
-Entonces, siéntete como en tu casa- dije estirando los brazos.
Revise que había en la cocina y por lo menos había ingredientes para una cena decente.
-Yo prepararé la cena, suelo ser bueno en la cocina-
Dios cuanto lo odiaba, era bueno en todo, lo peor es que no sonaba para nada petulante.
Asentí.
Fui a cambiarme por ropa más cómoda, me deshice del poco maquillaje que llevaba encima y me hice una coleta. En casa, era lo que yo quería ser.
Organicé un poco mi cuarto y el lugar con Ian iba a dormir, después de todo esta casa no era muy grande, solo había dos cuartos cada uno con su baño, así que le tocaría dormir en una colchoneta en el suelo del cuarto, normalmente Harriet y Dave dormían en la misma cama conmigo, pero aún no estaba segura de tenerle esa confianza a Ian.
Bajé y olía delicioso, con los pocos ingredientes que había, logro hacer espaguetis con una salsa con la cual la boca se me hacía agua. Sí que era un chef.
-La cena está servida- anuncio y al verme al pie del pequeño comedor se me quedo viendo un poco entretenido, por un momento pude jurar que un brillo en sus ojos había aparecido.
No me sentía incomoda hacia su mirada, es más, yo también estaba mirándolo como hace mucho no hacía con una persona tan poco conocida para mí, con felicidad, él me hacía feliz, pero no sabía de qué forma, después de todo la lluvia, la nieve, Harriet, Dave, la pintura me hacían feliz también, y no sé si Ian se podría clasificar en ese tipo de felicidad o en una más allá, tal vez podría que me sintiera así solo porque era la primera persona en conocer y entender mi arte, pero eso es algo especial ¿no? O ¿solo es mi mente tratando de engañarme? Nunca me había sentido así, y eso lo hacía especial, pero no sé si es de la manera que tanto he buscado sentirme, él me hace sentir como nadie más pero sé que puedo sentir más, que ese no es mi cenit…
-Hasta así te ves hermosa- susurró con una pequeña sonrisa e inmediatamente me sonroje provocando que mis pensamientos fuera interrumpidos.
Se acercó a mí provocándome cierto nerviosismo, después de todo era mi amigo. Estaba a pocos centímetros de mi cuerpo y él siendo un poco más alto que yo tuve que levantar mi cabeza para verlo a los ojos, quería descifrar que pensaba, cuáles eran sus intenciones que en clase de arte parecían ser inocentes.
-No quiero arruinar esto- comentó mientras tomaba mis manos con delicadeza.
-Yo tampoco- dije observando nuestras manos juntas, puede que él no me haga llegar a mi cenit de emociones o sentimientos, pero puedo obtener un poco de entrenamiento y disfrutarlo mientras dure, tal vez esa sea la distracción que necesito –Pero podría arriesgarme- añadí volviendo a mirar sus ojos los cuales transmitieron una sonrisa.
Sus manos sujetaron mi cara y se fue acercando amenazadoramente a mis labios, y yo no podía denegar que deseaba probarlos, si algo he aprendido estos años de pubertad y crecimiento, es que el chico en que más se demora en besarte, es el que mejor besa.

ESTÁS LEYENDO
Atrapada en tu red (Catfish)
Genç KurguJane conoció virtualmente a Alex, y esta pareja cae perdidamente enamorada, hasta que un día Alex se muda a la misma ciudad que Jane, así que deciden conocerse finalmente después de medio año de mandarse mensajes. El día que se conocen todo cambiará...