No conozco a mi novio.

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Él había llorado, eso era de seguro, sus ojos rojos y un poco hinchados lo delataron.

Aunque yo debía tener una apariencia igual o peor, después de todo aún sentía el licor en mi cabeza en forma de mareo pero estaba muy consciente de lo que hacía. 

Aún estaba con su esmoquin, se había dormido con él supuse.

Se revolvió el cabello y parpadeó como si quisiera alejar la imagen mía, me dio la impresión que él creía que yo era un sueño. 

-¿Qué haces aquí? Es de madrugada- preguntó Ian apoyándose en el marco de la puerta. 

No sabía que responder. 

-Te quedaste con mi celular- me limité a decir.

Él claramente se decepcionó.

Rebuscó en sus bolsillos sacando mi celular y me lo tendió para que lo tomara. 

Suspiré.

Ya que, no podía dejar que esto fuera así siempre.  Ya no había persona o cosa que se podría interponer entre lo que podíamos llegar a hacer. 

Estiré mi mano y agarré el celular junto con su mano. No la pensaba soltar. 

Él miró un segundo nuestras manos unidas y luego entrelazamos nuestra mirada.

Le sonreí y él no me la devolvió. 

-No pienso repetir todo esto de nuevo. Nos hemos herido bastante- dijo apartando la mano pero yo la apreté más impidiéndoselo.

-Lo sé y por eso estoy tratando de... ¿darle un final feliz?- estaba dudando de lo que decía y eso no me ayudaba a convencerlo. 

-Estás borracha- afirmó. 

Solo deje que un impulso de mi cuerpo siguiera su curso.

Lo atraje a mí en un segundo ya nuestros labios estaban unidos.

Sé que posiblemente este mal pero en este momento necesito sentirme lo más heterosexual, no porque dude de mis gustos, no, sino también porque él me gusta, y en este momento lo quiero a mi lado desde ahora. 

El beso no duró más de tres segundos pues dude que sea lo que él quisiera. 

Cuando me aparté él tenía aún los ojos cerrados y respiró profundo. 

Me volvió a atraer y esta vez el beso fue correspondido haciendo que nuestras lenguas bailaran eufóricas. Entré al apartamento cerrando la puerta a su paso. Mi celular se cayó y no me importo en lo más mínimo, ni siquiera sabía si sus tíos estaban o no, solo me importaba él. 

El sabor de sus labios me encantaba, porque sabía a licor y me embriagaba más. En doble sentido. 

Nuestro beso se tornó más intenso y mis piernas rodearon su cadera, él soportaba mi peso mientras sus manos recorrían mis muslos alzando el vestido a su paso para luego llegar a mis nalgas apretándolas haciendo que yo soltará un pequeño gemido. 

Se separó de mis labios recobrando un poco de aire.

-Dime...- aspiró profundo recuperando aire para seguir hablando. Estábamos muy excitados

-Que esta vez no es uno de tus juegos-junte nuestras frentes y pasé mis brazos detrás de su cuello para no caerme de su cintura y también para tenerlo más de cerca.

-Esta vez no es mi juego- le dije -Lo he estado pensando y no puedo dejar de sentir esto por ti por un chico que no conozco- no le pensaba contar a nadie sobre lo que Alex resultó ser.

Atrapada en tu red (Catfish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora