-Nada pasó ayer, fue una simple decaída, así que posiblemente me esté volviendo bulímica pero no es nada más- dije a mi reflejo al espejo con una sonrisa que apenas lograba dibujar.
En el fondo sabía que no era bulimia, ya lo hubiese deseado, aunque sea eso se cura con psicólogos o yo que sé, pero los recuerdos, con nada se curan.
No había asistido ni a la primera ni segunda hora de clase, aunque me quería distraer no me sentía con las fuerzas suficientes para sentarme a poner atención a clases.
Dave lo había notado en el camino a la escuela, Harriet no tanto, si lo noto no dijo nada, porque mi amigo si estaba bastante preocupado por mí, me miraba de cierta manera que sabe que algo anda mal pero no se atreve a preguntar hasta que yo le cuente algo.
Cerré los ojos un segundo y eso basto para que un ladrillo del muro que había construido en mi mente se cayera dejando escapar una pequeña ola de recuerdos. El flashback no tardo en ocupar mis parpados como si en ese momento lo estuviese viviendo.
“El sábado por la mañana el parque mantenía solo y eso me encantaba, me daba la tranquilidad para irme a columpiar tranquila y solo sentir el viento del verano recorriendo mi cabello y mis piernas. Era mi única razón para madrugar, eso y mi pintura mañanera, todos los fines de semana es como si me levantara con resaca del arte a seguir pintando lo que había comenzado la noche anterior.
-Hola- dijo una voz femenina detrás de mí.
Volteé junto con el columpio y vi a una chica más o menos de mi edad, de mediana estatura y delgada, sus rizos un poco sueltos que le lucían con su cabello castaño claro rojizo, sus ojos eran marrones pero a veces parecían miel.
-Hola- respondí con una sonrisa.
-¿Eres de por acá?- preguntó sentándose en el columpio al lado del mío.
-Vivo a un par de cuadras de acá- dije y recordé que a ella nunca la había visto por acá -Tú no eres de por acá o ¿Si?-
-No, vengo por vacaciones a la casa de mis abuelos, hace poco llegué y he estado completamente sola en esa casa llena de ancianos- dijo con una risa algo peculiar.
Mi columpio dio una vuelta, pues ya me había enrollado para hablar con la chica de cejas abundantes pero bien moldeadas.
Ella se volteó también para seguir hablando conmigo.
-Yo prácticamente mantengo aquí en las mañanas- dije tratando de colocar tema a la conversación.
-Lo sé, te he visto desde la casa de mis abuelos hace dos días- dijo sonriendo y aunque de pronto sonara algo acosadora, en verdad cuando esas palabras salieron de sus labios me ruboricé sin poder evitarlo ante su mirada, no había nada pervertido en esas palabras, solo dulzura.
Nos columpiamos un rato sin decir ni una sola palabra. Me agradaba la compañía de alguien en este parque, Dave, mi mejor amigo, nunca le había gustado madrugar para algo que no fuese el deporte, aunque de vez en cuando se sacrificaba viniendo conmigo, pero eran muy raras esas veces.
Al final me di cuenta de la hora, mi madre dentro de poco volvería de su segundo trabajo para almorzar he irse al primero con otro turno.
-Me tengo que ir- dije bajándome del columpio.
-¿Te volveré a ver?- preguntó rápidamente antes de que me fuera –Después de todo eres la única persona que conozco aquí- la miré unos segundos y sus ojos se volvieron marrones por completo.
ESTÁS LEYENDO
Atrapada en tu red (Catfish)
Teen FictionJane conoció virtualmente a Alex, y esta pareja cae perdidamente enamorada, hasta que un día Alex se muda a la misma ciudad que Jane, así que deciden conocerse finalmente después de medio año de mandarse mensajes. El día que se conocen todo cambiará...