No es mi primer beso.

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-¿Me tengo que sorprender?- pregunté bajándome del coche, ya era de noche y las luces del pub de donde nos encontrábamos eran vivaces.

-Se supone- respondió.

-Pues lo estoy- ella sonrió –Pero sigo sin entender porque vinimos-

-La única vez que nos hemos llevado bien es en la fiesta de Dave bailando entre un montón de gente desconocida para mí. Intentemos esto- dijo tomándome de la mano y guiándome adentro.

Cuando habíamos sobornado al gorila para que me dejase pasar y ya estábamos en la pista de baile me solté de su mano y empecé a bailar tratando de olvidar, como siempre.

Ya habíamos tomado bastante y me preocupaba como Alex iba a manejar, pero luego de otros tres tragos ya me había relajado por completo.

Estaba suelta en la pista para bailar y algo borracha que ni siquiera sabía cómo había llegado a estar en todo el centro con Alex saltando y agitando nuestro cabello.

Ella tenía razón, así nos llevábamos mucho mejor, con unos cuantos tragos encima. Nos habíamos tomado un montón de fotos con el celular de ella ya que yo no llevaba el mío en ese momento.

Alex fue a buscar más alcohol a la barra mientras alguien me tomó de la cintura y se pegó a mi bailando demasiado junto conmigo y en ese momento no me importaba, ni siquiera vi su cara bien, pero algo era seguro, su miembro estaba duro como una piedra listo para atacar, y por un momento pensé que iba a ir tras él y tener sexo como antes lo hacía con cualquier chico.

Alguien tomó a ese chico y lo aparto, él se iba a devolver a enfrentar a quien lo había sacado de su éxtasis pero entonces se dio cuenta que era una mujer, Alex. Esta me tomó de la mano y lo miró amenazante.

Yo algo mareada y eufórica por el alcohol recorriendo mis venas seguí mi impulso sin pensarlo.

Atraje a Alex y con nuestras manos entrelazadas la besé.

Oh Dios, sus labios eran suaves como algodón de azúcar, me saboreó y yo a ella en perfecta sintonía. Este es un beso que sin duda nunca olvidaría. Su sabor salado por el sudor mezclado con tequila y un poco de tabaco era perfecto.

Su mano libre acaricio mi mejilla y separando nuestros labios junto nuestras frentes.

-No quería que así fuese tu primer beso con una chica- susurró y aunque la música estaba alta y la gente gritando a nuestro alrededor, la alcancé a escuchar.

Reí entre dientes.

Vaya, el alcohol en serio saca una parte de mí que no conozco.

-No es mi primer beso con una chica- dije y me separé de ella sin dejar nuestras manos entrelazadas.

Ella me miró confundida.

-¿Qué?- preguntó.

-Así es, Tessa fue la primera- mierda, el alcohol me hacía hablar de más.

Por un momento el alcohol desapareció de mí y me di cuenta de lo que había hecho y hablado.

Solté su mano y corrí hacía la entrada del establecimiento.

El muro en mi mente estaba realmente débil y el alcohol hacía que desapareciera más rápido.

Cuando menos me di cuenta estaba apoyada en el carro de Alex lamentándome de todo lo que había pasado esa noche.

Esto era lo prohibido.

-Así que Tessa- dijo Alex llegando a mi lado.

-Cállate- dije brusca –Solo quiero ir a casa-

El camino más silencioso que he tenido en carro fue ese.

Cuando llegamos al frente de mi casa tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar y créanme que estaba cansad de derramar lágrimas, pero no lo podía evitar. Sentía que en cuanto cerrará los ojos el muro caería por completo.

-No debí hacer lo que hice- dije antes de bajarme del carro.

-¿Te arrepientes?- preguntó.

No. Sí.

-Ian- fue lo único capaz de pronunciar y ella se tensó –Él es mi novio- dije tratando de quebrarla, tal vez así no me volvería a buscar.

-Él no tiene por qué saber lo que fue un error- estaba completamente de acuerdo así que asentí.

No nos despedimos.

Llegué a la casa y cerré la puerta detrás mí, lo único que pude hacer fue desmoronarme por completo.

Atrapada en tu red (Catfish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora