Atrapada en tu red (Catfish)

Hemos terminado, Jane.

“Me encantaba esta casa, siempre había algo viejo nuevo que descubrir, era una contradicción que me atraía. Pero bueno, la casa de los abuelos de Tessa, es lo que se esperaba.

Me recosté en su regazo y ella sonrió.

Faltaban apenas dos semana para iniciar un nuevo año en el colegio y me destrozaba que ella se tuviese que ir, pero recordaba todo lo que nos habíamos divertido estos días y eso ayudaba, tal vez nunca llegué a narrar todo, pero cada cosa que hizo, cada pequeño detalle hizo que me gustara cada vez más y más.

-¿Sabes?- dijo de repente mientras me contemplaba –Ya conoces a mis abuelos, y creo que es la única familia que tengo cerca, tal vez pueda conocer a tu madre…-

Me puse alerta de inmediato parándome y mirándola directamente a los ojos.

-Tessa, sabes muy bien que ella no sabe que tengo novia- dije con la mayor delicadeza posible pero mi tendencia a ser grosera no ayudaba.

-Pero…-

-No, no te la puedo presentar, no sé cuál sea su reacción cuando le diga que me gustan las chicas también, puede que buena pero también puede que mala, y la verdad quiero que me siga queriendo tal y como soy- declaré firmemente.

Las orejas de ella se colocaron rojas casi como su cabello cobre.

-¿Tal y como eres?- estaba indignada –Nunca te querrá tal y como eres porque nunca sabrá la verdad, siempre le ocultaras una parte de ti que no tendrá la oportunidad de conocer- dijo apunto de gritar.

Bueno, me había dejado sin palabras.

-Tienes que decirle la verdad- finalizó.

-No, y no me puedes obligar a hacerlo- dije como niña caprichosa.

Habíamos tenido discusiones pero algo me decía que esta no sería nada calmada.

-¿Por qué te ocultas?- preguntó con ira –Me molesta- admitió –No te puedo tomar de la mano en público ni besarte solo porque tienes miedo de que te juzguen, no puedo ser novia de alguien así- hasta yo sentía el dolor en esas palabras.

Mis ojos se cristalizaron.

-Sé que hemos tenido días duros, pero Tessa, me encantas- dije con un hilo de voz.

Ella denegó con la cabeza tratando de apartar esas palabras de sí.

-Y tú a mí- dijo casi con pesar –Pero si tú no puedes admitir quien eres y quererte por lo mismo, no creo poder llegar a hacerlo o aunque sea que me lo permitas, siempre estarás huyendo por el miedo al qué dirán- agachó la cabeza y entonces supe cuáles eran sus siguientes palabras.

-No, no lo digas- supliqué pero ella pareció no escucharme.

-Hemos terminado, Jane- dijo y se soltó de mis manos –Por favor no vuelvas a venir ni a verme- no me miraba a los ojos y eso hacía que me concentrara en el sonido de mi corazón rompiéndose cada vez más alto.

[…]

No he sufrido, ni he llorado en estas dos semanas, mañana entrare de nuevo al colegio para un nuevo año escolar, puede ser emocionante si me olvido me todo lo que paso este verano, lo suprimiré de mi memoria, y si no es posible, entonces tan solo lo enterrare en una parte que sé que jamás me atreveré a buscar.

Dave me había visto llorar el primer día, eso fue todo, él sabía de mi decisión de olvidar, después de todo él fue el único que se enteró de lo que paso con Tessa, y su nombre será innombrable desde ahora.

Me juro nunca volverme hablar de eso al menos que yo lo deseara, y no le comentaría a nadie sobre nada.

La semana anterior estuve a punto de tener una recaída de tristeza y entonces le pedí a Dave que me sacara de este infierno y eso hizo, me llevo a una de sus más frecuentadas discotecas y por primera vez me embriague hasta más no poder, olvide todo lo de esa noche y al otro día me desperté desnuda en la cama y casa de otro hombre.

Había perdido mi virginidad con alguien a quien ni siquiera conocía y no me importaba, me parece que la virginidad esta sobre valorada, y esto me hizo sentir más yo de nuevo, menos verano y menos de la innombrable, más yo heterosexual y menos bisexual. Desde eso salí casi todas las vacaciones y no me importaba nada más, no duden que Dave me cuidaba pero le hice saber cuánto necesitaba esto, él me ayudo a ser prudente y a no quedar como una zorra más, como con las que él se acostaba, me ayudaba en las formas que podía dejándome aun así liberar del verano en que por primera vez me habían roto el corazón y una chica.”

-¿Más agua?- preguntó Dave llenando mis labios de deliciosa agua helada.

Asentí sin darme cuenta que ya había empezado a tomar el agua.

-¿Estas mejor?- preguntó y me di cuenta que aunque sea ya recuperaba el movimiento de mi cuerpo.

-Sí, no puedo decir que ya no sufra, pero puedo decir que sobreviviré- dije con una medio sonrisa algo forzada por falta de fuerzas pero no de energía. En realidad me sentía mil veces mejor que antes de recordar, desahogarse puede ser bueno.

-¿A todos nos rompen el corazón aunque sea una vez, no?- pregunté con el vaso helado en mis manos.

-Sí, y Tessa fue tu primer rompimiento, creo que la confusión dificulto más eso- dijo jugando con mi cabello cariñosamente.

-No quiero…-

-Que te vuelvan a romper el corazón- completó mi frase.

-Además de eso se fue, se alejó al día siguiente de romper conmigo, eso duele aún más- dije entrecerrando los ojos.

Tessa se había ido de la casa de sus abuelos después de romper conmigo, le había rogado a sus padres para que la dejaran ir a pasar el verano con ellos en Europa, aunque era un tipo de luna de miel los padre no pudieron más que aceptar a su adorada hija consentida, después de un tiempo de había dado cuenta que ella también les había rogado antes de que termináramos para que la dejaran mudarse con sus abuelos y estudiar conmigo. Sí, yo he sido una estúpida cuando se trata de querer a alguien, pero un genio en arruinarlo.

Dave tomó mi mano libre y la apretó con fuerza.

-Para eso precisamente estoy aquí, para apoyarte y sacarte adelante con ese rompimiento-

-Pero parezco una boba, eso ocurrió hace tres años, ya el tiempo se encargara de ayudarme, pero agradezco tu apoyo- comenté.

-Te quiero, Bell- dijo acunándome en sus brazos como si fuese una niña pequeña y yo descargando todo el dolor que tenía por dentro lo deje.

-Te quiero, Hoult- dije y entonces volví a cerrar mis ojos, pero esta vez no hubo ni sueños, ni pesadillas, ni nada, solo un  vacío negro y profundo.