Un nuevo lado tuyo

17. Encerrona

Black seguía intentando hablar con Snape pero éste no le dejaba, siempre se iba o lo ignoraba. Había vuelto a unirse a ellos para comer aunque últimamente había perdido su apetito y más que comer picaba un poco y jugaba con su comida pasándola a un lado y al otro del plato mientras miraba a Snape, quien o no decía nada o hablaba abiertamente con Remus. A su modo de ver, casi se llevaba mejor ahora con Cornamenta que con él, porque bien, al menos se dignaba a mirarlo o le prestaba atención pero para Snape era prácticamente como si él no existiera.

Remus en más de una ocasión le había dicho que le diera tiempo pero cuanto tiempo era eso, sentía que las cosas no avanzaban y ya había pasado mas de una semana. Por su cabeza habían pasado todo tipo de cosas que había descartado casi de inmediato. Como la escena que ahora mismo pasaba por su mente: Quería petrificarlo, atarlo a una silla y silenciarlo para obligarle a que le escuchara. Afortunadamente no se iba a dejar llevar por sus impulsos, incluso él sabía que eso no iba a acabar bien. Así que simplemente hacía todos los días lo mismo. Esperaba a que terminara de ultimar sus pociones y luego intentaba hablar con él en lo que tardaba de llegar a su cuarto. Hubo una vez que lo siguió todo el camino a casa de Lily, eso fue lo peor que pudo hacer y ya no lo volvió a intentar, no acabó nada bien.

-Severus, tenemos que hablar-dijo Sirius como cada día.

-No tengo nada que decirte.

-Pero yo si. Deja que te explique lo que pasó aquel día-dijo Black agarrándole del brazo.

Snape se soltó y lo desafió con la mirada a intentarlo de nuevo.

-Eres un bastardo, no hay nada que explicar-dijo reanudando su camino.

-No digo que no pero hay más, deja que te explique.

-Una vez dijiste que no iba a querer tus escusas y no ibas a dármelas. Tenías razón, ahórratelas.

-Esto es diferente, se que no actué bien pero-

-Suficiente-dijo Snape interrumpiéndole.

Y nuevamente al llegar a su cuarto, le cerró la puerta en las narices. No obstante, justo cuando iba a dar media vuelta para irse la puerta se abrió nuevamente y Black se giró con esperanza. Severus prácticamente podía ver que Black meneaba una cola, nunca había visto tanto parecido con su forma animaga como en ese momento.

-Regulus vendrá mañana a las 12:00-dijo Snape antes de cerrar la puerta de nuevo en sus narices.

Sirius suspiró, con una preocupación más en su cabeza. Claramente su hermano no iba a venir en el mejor de los momentos. Se preguntó si Severus lo había hecho a propósito y era una venganza. No debía olvidar que era un Slytherin y sabía de primera mano por su familia lo astutos que podían llegar a ser. Además, tampoco sería la primera vez que hacía algo por estilo, en Hogwarts había intentado más de una vez que lo expulsaran. Aún así, desde que se había mudado con ellos, se había abierto a él y esperaba que no lo fuera a usar en su contra. Supuso que, si quería que Snape confiara en él, él tendría que hacer lo mismo. En realidad, no había hecho ni dicho nada que lo hiciera desconfiar, simplemente quería que todo fuera bien y no podía evitar sentirse algo ansioso. 

Sirius había arreglado finalmente las cosas con James, al menos se hablaban como antes aunque Black seguía sintiéndose un poco incómodo pero no podía perder a otra persona, ya había perdido a Severus, tenía que enfrentarse a su hermano y no sabía como iba a ir. Después de tantos años sin hablarse sabía que no podía esperar mucho y más siendo una encerrona. Estaba nervioso.

Severus solo le había dirigido la palabra para decirle que esperara en la mesa del comedor, un sitio neutral para que Regulus no se sintiese acorralado. Sirius le había pedido a sus amigos que les diesen espacio, por lo que habían salido pronto por la mañana y comerían fuera para dejarlos solos y darles privacidad. Antes de irse le habían deseado suerte sabiendo lo importante que era para él, consideraba que iba a hacer probablemente una de las cosas más importantes de su vida.