24. Estudio

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La noticia de su reciente relación había sido bien acogida tanto por Lily como por Remus. Ambos habían prometido mantenerlo en secreto de James. Pero tanto Sirius como Severus tenían que admitir que Remus no sabía disimular muy bien. Por alguna razón Remus había decidido que una tarta de tres pisos de chocolate (con leche, puro y blanco) era un buena idea para celebrar que por fin habían dejado ambos su orgullo de lado. Pero Severus dudaba de que James fuera tan cegato como para no percatarse de algo. Y sirius bien, desde que vivía con Remus había empezado a odiar cada vez más el chocolate, a pesar de que desde la llegada de Severus el consumo del mismo al repartirse las comidas se había reducido a la mitad. Pero eso no evitó la confrontación que tuvieron Remus y Sirius justo antes de comer. Sirius había intentado tumbar la tarta y tirarla al suelo pero Remus lo pilló en el acto y prácticamente había puesto un centenar de hechizos protectores a la tarta para evitar que se acercara a ella. Severus lo había visto todo desde el sofá del salón.

-Has escalado un nuevo nivel en tu obsesión por el chocolate-dijo James cuando fue la hora de comer y se sentó en la mesa.

-No es tanto una obsesión, es útil para muchas cosas-dijo Remus.

-Tienes razón es una adicción-refunfuño Sirius.

-No lo es.

-Si lo es, todos lo sabemos. Hasta cuando Severus va al super te compra chocolate y apenas te conoce.

-Sabes perfectamente porque he hecho la tarta, no puedo creer que me lo recrimines.

-Ese no es el punto. Si no hubiese sido una tarta exagerada habría sido un mousse o cualquier otra cosa.

-¿Por que hiciste la tarta?-preguntó James confuso.

-Hay que celebrar que vamos a prepararnos para el examen de auror-dijo Remus.

-Ah, si-aceptó fácilmente James antes de ponerse a comer.

A Severus le sorprendía que Potter fuese tan ingenuo pero no iba a reprochárselo, estaba bien por él. Engañarle o más bien ocultarle información había sido más fácil de lo pensado aunque tuviese delante de él una enorme tarta muy sospechosa. Dado el caso no tenía problemas con el chocolate como Sirius aunque tendía a coger el puro, los otros si bien no le disgustaban tampoco eran su predilección.

-¿Que vas a hacer después de comer Severus?-preguntó Sirius.

-Tengo un pedido considerable de pociones. Me gustaría terminarlo cuanto antes.

-Te ayudo.

Severus enarco una ceja y reprimió un comentario mordaz.

-No te lo tomes a mal Sirius pero... no eras el mejor en pociones.

-Puedo cortar bien las cosas si me lo propongo.

-Puedo hacerlo yo, pero gracias.

-Mira, necesito practicar para el examen de auror, ¿que mejor que ayudarte? Es matar como tres pájaros de un tiro.

-¿Tres? Soy capaz de encontrar dos razones.

-Si bueno, la otra no es muy productiva, ya sabes...

Severus se sintió enrojecer. No concebía como Sirius era capaz de insinuar ese tipo de cosas delante de los otros dos pero aún así se repuso lo suficientemente rápido.

-La realización y seguimiento de pociones no es algo que se pueda descuidar. Deberías saberlo si quieres hacer algo medianamente decente.

-No estés tan serio, era broma. Una inocente.

Severus resoplo.

-¿Realmente?-preguntó enarcando una ceja.

-Por supuesto. Mira... si no estás satisfecho con lo que hago me iré.

Un nuevo lado tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora