Star Vs Las Fuerzas Del Mal.★ La Butterfly Olvidada ★

La puerta en la pared

Star terminaba de enseñarle a Sun todo el castillo, solo faltaba una habitación: la que se suponía que había sido su habitación...muy poco tiempo atrás.

Star: Bueno...¿a qué esperas?¡Entra!¡Vamos, vamos, vamos! *abre la puerta y empuja a Sun al interior* ¡Vamos!

Sun: ¡Star...!*ríe* Vale, vale, vale...¿así que esta era antes mi habitación?*Sun mira a su alrededor y ve una habitación pintada turquesa, con posters en las paredes y más cosas parecían conocidas, pero a la vez a Sun le daban algo de...esa sensación rara que tienes cuando estás tocando algo que no es tuyo, y todo te resulta curioso...* Es muy bonita...¿qué hay en el piso del todo? *Star levantó la mirada y vio una puerta de madera negra*

Star: No lo sé...¡nunca me contaste que había ahí dentro! Solo sé que te encantaba, y que te ibas antes de comer maíz, que te encantaba, para jugar allí...

Sun: *sin dejar de mirar la puerta* Eh...vale, gracias por enseñarme el castillo, Star...*la lleva hacia la puerta* Será mejor que me dejes sola para que pueda estar aquí, sola, sin compañía...*Star da media vuelta y le mira con una cara seria* Por favor, Star...*pone ojos de cachorrito* ¡Please !*la saca fuera de la habitación y cierra la puerta cuando Star ya se dirigía hacia la habitación de Marco y dice para si*¡Uff!*mira hacia la puerta con mirada desafiante* Ahora a descubrir por qué me gustaba tanto ese lugar...*suspira*

Sun subió las escaleras mientras estas chirriaban, señal que nadie las había cuidado desde hace mucho tiempo, y se dirigió hacia la puerta. Aquel lugar de su habitación no daba confianza, más bien lo contrario. Sun se dirigió algo temerosa hacia ella, asustada. Aquel lugar parecía reflejarse a la puerta del lugar donde se esconden tus miedos, como si aquellos payasos y arañas estuvieran presentes detrás de aquel tronco humedecido con el paso de los días.

Sun, con el corazón a cien, giró el pomo de aquella puerta tan escalofriante y, abrió la puerta. Para su sorpresa, la robusta puerta se calló, como un tornillo oxidado de un invento extraño de un inventor chiflado. Con gran valor, y el corazón en un puño, entró en la semioscuridad total. Siempre quedaba el reflejo de las ventanas de fuera, cuya luz se podía apreciar fuera de aquel lugar, que parecía no tener fin, y cuyo techo iba siendo cada vez más y más pequeño, obligando a Sun a agacharse para continuar. Aquel techo de piedra parecía que quisiera encerrarla allí y que jamás volviera a ver la luz del sol. 

Sun siguió caminando por poco tiempo hasta que se notaba que estaba gateando, por culpa del aire que olía a rocas y el poco oxígeno que había, Sun se encontraba algo indispuesta. Aún así, siguió, hasta que, por suerte o por desgracia, se acabó el camino. Frente a ella solo había una gran pared de roca, que olía a azufre y agua mezclada con sustancias del barro. Sun, que se había dado cuenta de que ya se sostenía en pie, tocó sus mejillas a ver si las podía encender, ya que la semioscuridad se había convertido en oscuridad total.

Para su beneficio, consiguió ver lo que estaba enfrente de ella que le cortaba el paso. Una pared con signos grabados, seguramente en runas mewnianas. Sun, loca por curiosidad, se acercó a la pared y vio algo que le dejo de piedra...algo catastrófico, y si salía a la luz, su familia podría tener serios problemas...Para siempre.