Se lo habían repetido incontables veces desde que su madre murió hacía mucho tiempo atrás. Tanto sus hermanos como amigos, conocidos e incluso los guardias, su padre y abuelo. Todos recordándole que con los humanos no se juega. No se entrega el corazón y mucho menos se confía. Sin embargo, la misma naturaleza le había mostrado que existía la excepción a la regla.
Lo creyó porque lo vio. Ahora, porque lo vivía, creía en las palabras de todos.
De quien decidió confiar y entregarse vino la traición. Sin contemplación. Sin ninguna pisca de consideración por quien era le entrego a los marinos de su pueblo. Ahora le exhibían como un burdo tiburón, atado de manos y con la coleta extremadamente tensa por las cuerdas.
Con vitoreo de alegría festejaban cada escama que le arrancaban. Cada golpe o puñal. Todo era dolor, pero nada comparado al que sentía causado por el futuro rey de aquella tierra.
–¡Deténganse! –Grito el príncipe Taiga.
–Su majestad, ¿no es acaso hermoso algo tan desagradable? Un ser que sólo sabe matar a inocentes merece la muerte lenta.
–¡Nadie les ha ordenado esto! Insensatos...
–¡Y por su causa la guerra se desatara! –Gritó su padre, quien después de meses de encontrarse fuera de sus tierras a causa de ayuda a otros reinos. Más la mirada de su padre le advirtió de su futuro castigo.
Volteo en busca de la de su pequeño mar, pero sólo se topó con lágrimas acusadoras llenas de dolor y traición.
–Dai...
–No te atrevas a pronunciar mi nombre.
Y lo que ambos padres evitaron por años se cumplió.
Herederos caídos por amor, traicionados por serpientes que no tuvieron el valor de presenciar un amor desigual.
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Caja de Pandora
FanfictionSegún los antiguos griegos, la caja de Pandora guarda todo los males que la humanidad puede llegar a padecer, desde catástrofes naturales hasta la misma muerte. Aunque la historia dice males, en este libro encontrarás un poco de todo protagonizado p...