Capítulo 10: Ladybug en peligro

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Ajena a este enfrentamiento, y a muchos kilómetros de donde esa lucha se estaba desarrollando, un pequeño barco se encontraba anclado en la ribera del río Sena y se mecía suavemente por el tranquilo movimiento del río. Dentro de ese barco, en el interior de su camarote, Juleka yacía en su cama. Había regresado luego del haber vuelto a toda velocidad desde el Colegio luego de enterarse la noticia de que había un nuevo enemigo en la ciudad. Sabía que Ladybug y Cat Noir ya se encontraban tras él. Se había despedido de Rose cuando ambas tomaron caminos distintos para irse a sus hogares. Su madre no se encontraba en el barco, pero si se encontraba su hermano Luka, apenas había ingresado al barco escuchó los suaves acordes de guitarra que salían de su camarote.

- Ya llegué – había dicho ella suavemente


Luka no le respondió, pero ella sabía que él la había escuchado así que se dirigió a su camarote donde permaneció algunos minutos recostada sobre su cama mirando al techo. Usualmente los viernes luego del Colegio, de despedirse de sus amigos y al volver a su hogar, ella almorzaba, hacía sus deberes o tocaba su guitarra igual a como lo hacía Luka, pero aquella tarde algo parecía ser distinto. No sentía hambre y no se sentía con ganas de hacer nada más, su guitarra permaneció sobre el atril en la esquina de su camarote, tan solo permaneció recostada mirando el techo morado. Sentía que había algo que la estaba incomodando pero no podía asegurar que era. No podía estar segura que ese pensamiento que rondaba en la cabeza pudiese aún ser cierto, no podía aún estar segura que Javier era quien había sido akumatizado. La mochila que ella se había ofrecido a llevar para entregársela cuando lo viera de nuevo la había depositado sobre la silla de su escritorio y ahí permaneció un rato más. Por respetar su privacidad ella no la abrió en ningún momento, pero había procurado devolvérselo apenas lo viera.


Su cabello morado se encontraba un poco desordenado sobre su rostro mientras aún se encontraba mirando al techo y pensando. Se sentía segura estando en su habitación, sentía que ese nuevo enemigo no la atacaría si permanecía ahí y sentía que todo acabaría muy pronto, pero aun pensando en eso no podía sentirse tranquila, esa posibilidad que se encontraba en su cabeza era la que no la dejaba pensar en nada más. Sí, Javier realmente había recibido una orden injusta, sentía que a él se la enviaron sin ninguna razón. Sabía que él no había hecho nada malo en esa casi semana que llevaba en París, lo conocía desde hace 4 días pero realmente entre ambos se había formado una amistad bastante sólida. Ella tardaba mucho en confiar en un comienzo con cualquier persona que acababa de conocer y recordaba precisamente eso cuando lo vio en el momento que tuvo que pasar junto a él mientras subía las escaleras, pero luego de la presentación que la señorita Bustier le había pedido que hiciera todo pareció mejorar mucho entre ellos. La timidez entre ambos desapareció mientras los días continuaban y realmente se sentía cómoda estando con él. Eran de dos países y culturas completamente diferentes, pero había algo en él que le hacía sentir cómoda, él era gracioso, era inteligente, pero por sobre todo, era un buen amigo con ella. Juleka podía tener muchos defectos, podía ser tímida, no podía hablar mucho, podría mantenerse alejada de muchas cosas que podrían estar pasando, pero a pesar de todo eso, él hizo de lado todos aquellos defectos que ella consideraba que tenía y se acercó voluntariamente a hablar con ella para intentar conocerla. Realmente se sentía feliz de haberlo conocido, pero ahora se sentía triste porque tendría que irse.


Suspiró contenidamente durante un instante. Estiró su mano y tomó su teléfono colocado sobre la mesa de noche junto a su cama. Podría estar casi segura que Javier realmente era la nueva víctima akumatizada, y lo terminó ya confirmando luego de ver el video del Ladyblog que Alya había subido hacía menos de media hora y que ya tenía más de 60 reproducciones, pero, a pesar de ver en ese video como es que Sabrina se convertía en piedra aunque Alya lo intentara evitar y Alya advirtiera que tuvieran cuidado con lo que encontraran en el suelo, no se veía aún ninguna imagen de él, aún no se imaginaba como era, pero las pulseras que tenían las víctimas petrificadas eran exactamente iguales a la que tenía su amigo. Levantó un poco su cabeza y la giró hacia la silla de su escritorio en donde aún permanecía la mochila de Javier. Recordó todos esos momentos agradables que pasó con él y todos esos momentos en que se sentía feliz estando con él. Ya podía estar segura de que el nuevo villano era él, pero en el fondo sentía que podría volver a encontrarlo y poder volver a hablar con él, al menos una última vez y para poder entregarle sus cosas. Fue así que finalmente se levantó de su cama, se ordenó un poco su cabello que se había desordenado, tomó la mochila de Javier y salió de su camarote. La guitarra de Luka seguía sonando desde el otro camarote.

Miraculous: Alma oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora