-No me estás entendiendo.
-Es simplemente un detalle...
-Lo es para ti, para mí también. Conozco sobre el tema pero quiénes lo hacemos somos contados con los dedos de las manos, Dae.
¿Es realmente importante lo que hay dentro de mi pantalón?
Momo acercó su cigarrillo hasta los labios de Dae, sonriendo de forma tenue al ver como tan indefenso minino lo recibió con gusto. Tras aquello, Hirai descansó su espalda en el césped que rodea la facultad de ingeniería, dispuesta a disfrutar de un cielo nublado y relajante.
-Mina... ella me ha preguntado por qué jamás le permito quitarme la ropa -murmuró prosiguiendo ante una mirada atenta por parte de Momo-. Ya no sé qué decirle.
-¿Cuánto llevan saliendo?
-Más de dos meses, creo...
Momo frunció los labios durante cortos lapsos antes de sentarse nuevamente y observar el perfil de Dae con su cigarrillo de regreso entre los dedos.
-Entiendo porqué luchas por mantener esto como un secreto pero oye, todo tiene su límite. No todos van a reaccionar de la misma manera. No si ya te conocen lo suficiente para saber que no quieren perderte.
-Suena perfecto, ¿no crees?
Resopló frente a una mirada cansada por parte del joven deprimido a su lado. Momo, quién pasó por ello a lo largo de su vida, simplemente pudo apretar suavemente la mejilla de DaeJong.
-Si todo fuese fácil no apreciaríamos nada. Aún así, da lástima que uno jamás sea valorado.
-¿Ocurrió algo con Jihyo?
Momo lanzó su tabaco a poco de terminar al suelo tras darle una última calada.
-Decidió enmendar sus errores con Tzuyu. Le conduje a ser infiel y lo peor es que no puedo arrepentirme, no puedo -murmuró-. La siento mía aún.
-Pero no es así, debes verlo y-
-¡Por qué dices eso!
-Momo, escúchate.
-¡Agh, silencio!
Con ceño fruncido, brazos cruzados y mejillas abultadas, Momo enseñó un pequeño berrinche frente a Dae quién con una sonrisa tenue acarició los suaves cabellos negros de la japonesa.
-Recuerda lo que dijiste, Momori~. Si es difícil vas a valorar.
-Al demonio...
Con cansancio, Momo reposó su mejilla sobre el muslo de Dae. Compartir un secreto hizo olvidar todo menos un cariño que fue creciendo a medida que pudieron conocerse. Ambos ganaron un confidente.
Dae rió suavemente tratando de trenzar los cabellos de Momo con evidente torpeza.
-La extraño... la necesito.
Él guardó silencio y con sinceridad abrazó el dolor de Momo tras entregar un besito a un costado de su frente.
-Eh, qué ocurre aquí.
Mina tomó asiento frente a ambos dedicándose a acariciar el antebrazo de Momo quién, aún con el ceño fruncido, sacó la lengua a la fémina.
-No me lo quites aún, es muy cómodo -protestó Hirai, abrazando la rodilla del coreano.
-Lo siento, Minari. Soy de Momo.
La chica del lunar en la nariz tomó asiento junto a su amado, ayudando a Dae a trenzar un pequeño mechón del cabello de Momo.

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Él. (MiChaeng)
Short Story"Si hubiera nacido siendo un chico todo sería diferente". A veces ni uno mismo se reconoce frente al espejo. Historia original.