Tan solo debo ver tus ojos para sentir resguardo.
Solo necesito de tu calor para saber que sigo viva, para saber que en verdad estoy viviendo el sentimiento más sincero que he conocido.
Porque eres tú, solo tú quién da esperanza a mi alma. Eres tú quién sabe todo de mi, eres tú quién me tiene vulnerable tras cada sonrisa y aún así buscas cuidarme hasta de ti misma.
Por favor, bésame tras cada "te amo", háblame tras cada suspiro. Necesito de ti.
Te amo, Jihyo.
—Ah, finalmente en casa... ¿Amor, ya llegaste? –cuestionó al aire una cansada coreana mientras se deshizo de tan molestos zapatos de tacón que desafortunadamente le hicieron compañía desde las siete de la mañana.
—¡Estoy en la habitación!
La chica de cabellos amarillos alzó la vista encontrándose con una mirada radiante aún en medio del cansancio. Tras ver a su amada ingresar a la habitación recibió un beso delicioso y sutil, tan dulce cómo la vida en ese momento.
—¿Tuviste un día muy pesado?
Jihyo simplemente asintió obedeciendo la invitación por parte de Momo (un par de palmaditas a sus propios muslos) a sentarse en su regazo y abrazarla por sobre los hombros; la japonesa vive gracias a la cálida sensación del cuerpo de su novia sobre el suyo. Silueta y calor perfectos para su hambriento corazón.
—Extraño los días de universidad, trabajar es un completo fastidio...
—Vaya, ¿así estaré en unos años más? Qué ejemplo me estás dando, Park.
—Bueno, nadie te obligó a estudiar algo tan difícil –bromeó la mayor mientras que dio una mordida sutil al mentón de su japonesa ganando un tímido "mh" que le hizo sonreír victoriosa.
Momo simplemente rió con sutileza antes de acariciar las abultadas mejillas de Jihyo y asaltar sus labios con un beso pausado y cuidadoso, uno que culminó con una mordida. Su adorable y cansada secretaria necesita ser consentida en demasía.
A pesar de los cinco años de diferencia ambas crearon un equipo digno de admiración, una vida y un ritmo que no cambiarían por absolutamente nada. Ambas al estar viviendo se encontraron y, desde ese momento, ya no pueden ver la vida de la misma manera si no están junto a la otra.
Park mordió el cuello de Momo lentamente tal como a su bebé le gusta, acarició tan suave piel con besos y creó más de una marca antes de levantarse de su regazo en dirección al armario en busca de su amada pijama. Mientras una divertida japonesa, en medio de un suspiro sutil, admiró la silueta que le regala su amada.
-¿Algún día dormirás más tarde que yo, eh? -rió Momo, siguiendo con una mirada enternecida a su amada quién la invitó a acostarse bajo las sábanas.
Momo no tuvo más opción que levantarse, desprenderse de sus pantalones, sujetador y acomodar su camiseta de pijama sobre su semi desnudo cuerpo resguardado por cálidos brazos y por una calma respiración contra su mentón. Cada "te amo" le hace sentir descolocada, temerosa de que efectivamente tales momentos junto a la persona más valiosa que ha podido amar sean un simple sueño. Tan solo cerró los ojos y anheló una mañana tranquila a su lado, una en que, al igual que siempre, contará con un adormilado buenos días en japones y besitos dulces en su rostro antes de otra jornada laboral. Besitos y quién sabe, quizá alguna travesura por parte de Jihyo quién al aparecer se desvive al dejar rastro de besos por toda la cara de su amada con labial exageradamente rojo. O quién sabe, una mañana relajada en la que verá la manera tan característica en la que Jihyo lleva ambas manos a su rostro tras haber despertado.
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Él. (MiChaeng)
Short Story"Si hubiera nacido siendo un chico todo sería diferente". A veces ni uno mismo se reconoce frente al espejo. Historia original.