"¿Acaso serás feliz de ésta manera? Te estás condenando a una vida de falsa felicidad y sin retorno".
Hasta el día de hoy aquella pregunta me ha hecho tener pesadillas incontables veces siendo un eco recurrente. Un fantasma que me vuelve loco en cuestión de segundos.
¿Será que no tengo derecho a ser feliz por no ser normal?
Tal vez me acostumbré a creer que tienen razón porque ahora me resulta imposible comprender cómo todo va sucediendo. Qué no tengo por qué bajar la mirada y resignarme sino alzar la vista, el honor y orgullo para dar pasos firmes sobre un futuro que sí puede ser escrito de otra manera.
Fueron besos pequeños en su mandíbula los que espantaron de cierta manera aquel fantasma de sus sueños. Aturdido abrió los ojos sintiendo suaves dedos rozar su mejilla junto a una mirada temerosa que le hizo terminar enternecido frente a tal sinceridad.
-¿Estás bien?, te estabas quejando.
Giró el rostro y se encontró con una mirada ahora tímida en el rostro de Mina quién atentamente observó sus facciones en busca de cualquier inconveniente robando un ligero suspiro por parte del coreano quién sonrió para sus adentros al escuchar un "qué alivio" proveniente de la japonesa.
-Sigues aquí... -murmuró él tranquilo, vivo- ¿dormí demasiado?
Mina negó sin detener caricia alguna, ni siquiera cuando DaeJong sostuvo aquella diestra con firmeza impidiendo cualquier lejanía.
-Quizá dormiste media hora -informó en un murmullo-. ¿Tu cabeza está bien?
DaeJong suspiró con cierta ansiedad antes de interrumpir caricias a su propia frente por parte de Mina buscar abrazarla por la cintura procurando descansar parte de su cuerpo sobre la silueta de la japonesa y esconder su rostro en la suavidad de aquel cuello. Aferrado a ella inhaló sutilmente su perfume arrebatando la mayor cantidad posible de éste antes de abrir lo ojos y seguir el tentador recorrido de un beso casto sobre su piel.
La sintió tensa pero fue imposible calmar la necesidad de ella que le está exigiendo su cordura.
-No imaginas lo feliz que me siento de saber que eres tú -habló el castaño abrazándola con aún más firmeza causando que pareciera un bebé frente a los ojos contrarios.
-Mi pequeño gatito... -sonrió aprovechando la cercanía para robar más de un besito a la frente del castaño- Gracias por todo, DaeJong.
-¿De qué hablas? -atento buscó la mirada de Mina descubriendo en ella una sonrisa que nunca antes le había transmitido tanta contención.
-Pareciera que en verdad no sabes lo valioso que eres. Tu manera de ver las cosas, de interpretar a los demás; no hay otro hombre cómo tú y por eso te agradezco, por permitirme conocer tu mundo.
Dicen, tan solo dicen, que alunas palabras cambian vidas.
-¿Puedes quedarte? -susurró.
-Todo el tiempo que me pidas.
Y quizá éstas tengan ese poder.
Ambos buscaron sus miradas y lograron dar con el rincón más sincero del otro, uno sin barreras de por medio, sin vergüenza alguna, sin inseguridades que imposibilitan el fluir completamente. Mina enredó sus dedos en el corto cabello de DaeJong y él no soportó que sus labios estuviesen ni un segundo más sin deleitar el sabor de la mujer que ama.
La chica bajo su cuerpo le atrajo segura en todo momento exigiendo más contacto, más calor aún cuando comenzó a sentirse mareada a causa de tantos sentimientos. Sonrojada entreabrió los ojos en pleno beso durante casi inexistentes segundos únicamente para creer lo que su débil corazón está viviendo; es él, nadie más que él quien decidió regresar a sus brazos.
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Él. (MiChaeng)
Short Story"Si hubiera nacido siendo un chico todo sería diferente". A veces ni uno mismo se reconoce frente al espejo. Historia original.