Lascivious

6. Ritmo perfeito.

El café se enfrió. Fue en ese instante que Ethan abrió la puerta del comedor, entró con una sonrisa en su rostro y el celular en mano. No parecía enojado conmigo, más bien, la sonrisa que llevaba encima delataba que algo le divertía y quizás era mi situación.

—Gracias por despertarme — dije en cuanto le vi de reojo, me encontraba de espaldas metiendo la taza en el microondas.

—¿Por qué me das las gracias? ¿Estabas durmiendo? No es lo correcto, pero, aun así, tienes una hora para hacerlo si lo deseas, no aquí, claro, pero podrías irte a tu escritorio. Al llegar tarde él saldrá minutos después.

—Tuve un sueño horrible. — dije ignorando lo demás.

—¿Qué soñaste? ¿Con la jefa? — se rió ante su mal chiste

—No, tonto. — lo fulminé con la mirada para después regresar mi vista hacia el time timer de aquel aparato —Fue algo peor... soñé con él...

—¿Él?

—Sí, él...

—Por eso, ¿Quién es él?

—¿De quién más podría estar hablando? — respondí con molestia

—¿El señor Forge?

—Sí... — susurré

—Bueno, es normal, todos soñamos con algún famoso. Yo sueño con Zac Efron en ocasiones — soltó un clásico suspiro de amor.

—Ni siquiera sé a qué se dedica ese tal Tobías — ignoré nuevamente lo que mi compañero decía —¡No es posible que tuviera un sueño erótico con él! — el tiempo de calentado terminó junto con mi vergüenza. Pude sentir mis mejillas calientes al confesar de manera inapropiada lo que me estaba aconteciendo. La mirada atónita de Ethan sobre mí ante mi declaración era evidente y el peso de ésta en mis hombros se hizo presente. Me limité a abrir la puertita del horno y tomar aquella taza de cerámica en color rojo carmesí con el dibujo de un gatito blanco sobre ella. El aroma contaminó la sala, uno muy delicioso por cierto, pero, para ser sincera, no creo que le hiciera bien a mi estomago la bebida con todas las emociones y el estrés que me perseguía.

—Dilo nuevamente, Lillyan. ¡RE-PI-TE-LO! — dijo con énfasis en la última palabra, al parecer estaba impactado, obviamente sin creerlo, pues pudo creer que parezco la clase de chica que no le contaría algo como eso.

—Soñé que estaba con ese sujeto en la camioneta de la empresa y...  — tomé una bocanada de aire para lo que diría después —Me manoseaba mientras me decía una sarta de cosas pervertidas o en doble sentido para hacerme caer en sus sucias redes — respondí dándole un sorbo a el café como si buscara tapar mi rostro apenado.

—Quien fuera tú — sonrió y mordió sutilmente su labio inferior —¡Ya quisiera yo soñar eso! — cubrió su boca con una de sus manos en señal de que "no podía creerlo" —Lilly, dime una cosa — me miró retirando su mano —¿Leíste demasiadas cosas sobre él o viste alguna de sus presentaciones?

—No, nada — dije viendo al suelo con el temor de lo que se aproximaba.

—¿Nada? — bufó — Lillyan Braun... ¿No leíste nada del artista invitado? ¡Fue lo primero que te ordené! — lanzó su celular a la mesa con furia y se cruzó de brazos —No leíste nada y llegaste tarde ¿Estás demente?

—¡Lo siento! Fue un descuido, el trabajo me consumió... no era mi intención — dejé la taza en el mueble a mis espaldas en cuanto mis manos comenzaron a temblar por el nerviosismo que estaba sintiendo y ante el miedo evidente de que resbalara de mis dedos, preferí evitar un accidente.