13. I am the way.

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Atrapó mis labios en un profundo beso sin dejar de embestirme, había bajado el ritmo a uno más placentero pues llegaba a lo más profundo de mi cuerpo, haciéndome creer que perforaría algo dentro por la intensidad del golpe que sentía en mi interior. Suavemente acariciaba mi espalda con una de sus manos al ritmo de su movimiento, la otra estaba sosteniendo con fuerza mi cabeza para que no me separara de sus deliciosos labios, de aquel beso tan confuso que se sentía como uno libre de lujuria.

Estaba devorando por completo aquella boca, me sorprendía que me permitiera poseer y probar de ella pues cuando el sexo es sin amor a veces los besos no hacen falta. El sudor de su frente comenzaba a colarse por el resto de su rostro y podía sentir el mío haciendo lo propio, lo mojado de su bigote había dejado de incomodarme y su precioso cabello despeinado me parecía la cosa más sexy del planeta. Tenía su cabeza presa de mis brazos mientras trataba de seguir su ritmo moviendo mi cadera, cuando de pronto sentí como un líquido en mi interior estaba por desbordarse. Me alejé de sus labios bruscamente, así como me separé también de su cuerpo ligeramente para liberar a su miembro de mi interior. Tal acción permitió que le humedeciera toda la entrepierna y que ese fluido caliente y con un aroma particular humedeciera las sabanas y se mezclara con el sudor de nuestros cuerpos. Entonces, en su rostro pude apreciar un hombre gustoso ante mi obra que sonreía tan arrogante, pero a su vez sumamente atractivo. Me tire a su lado con una mirada llena de cansancio, un poco avergonzada y con mi cabello alborotado como si de una explosión se tratara. Le abracé ligeramente colocando mi brazo sobre su mojado y agitado pecho, pero solo recibí que lo quitara y se girara hacia mí.

Entonces se posó sobre mi cuerpo una vez mas. 

**❁**

Algo tenía su boca, nunca beso a una fan a menos que esta sea demasiado atractiva. Esta chica no tenía idea del artista con el que se estaba metiendo y quizá era eso lo que me atraía, saber que no había manera para que después pudiera comprobar que estuvo conmigo si yo elimino todas las pruebas y niego cualquier acusación. Tantas cosas pasaron por mi cabeza, pero, solo se detuvieron cuando sus finos labios tocaron los míos. Tenía que admitir que tenía miedo de que mi yo real bajara la guardia y dejara que otro tipo de sentimientos fluyeran, antes que eso prefería mil veces que conociera otra de mis personalidades.

Fue encantador ver como mojó la cama y llenó de un delicioso líquido caliente mi cuerpo, saber que conseguí llevarla a lo que parecía ser un orgasmo me fascinaba. Aún no quería terminar con la acción, pero ya no deseaba ser agresivo, ahora quería algo más apasionado. ¡Joder! Esta chica se estaba llevando de mí más que una simple noche de placer ¡Ni siquiera estoy alcoholizado!

Me acomodé tomando la mejor posición para entrar en ella, ahora quería mirarla directo a los ojos, chocar nuestros rostros sabiendo que presentaría desesperación al no poder arañarme la espalda y que lo vería vulnerable ante mis caricias al tenerla debajo de mí. La penetré con delicadeza, movimientos tranquilos, disfrutando del ir y venir. Se sentía demasiado bien, estaba desconectándome de todo lo exterior. Aún así, una voz interior estaba tratando de manipularme, aunque parecían ser varias.

Me rodeó la cadera con sus piernas y aferró sus brazos a mi cuello, yo solo me limité a apoyarme del colchón para continuar con el momento. La miré, se veía demasiado bonita con esa cara empapada en sudor, su boca tan delicada dejando jadeos y gemidos armonizar el ambiente, aquellos orbes verdes estaban tratando de no despegar su visión de los míos, parecía que su vida dependía de ello a pesar de que la sensación de nuestros sexos le hacía perder la razón y por tanto enviar su mirada hacia otra dirección. Mi sudor estaba cayéndole desde mi frente hasta su rostro, estaba a punto de venirme, pero no quería, creí que era momento para tararear una canción y evitar lo inevitable...

Fue en ese instante donde hice caso a la voz que me llamaba desde el interior ¿Quién saldría?

I am the one who preys on weak... — susurré acercándome a su oído dejando que mi boca se moviera por si sola, sin razonar, sin nada mas que aquella presencia tomando control de mi cuerpo.

I am the one, lascivious...

Hice mis embestidas más violentas, por un momento algo me estaba haciendo cambiar de opinión a una diferente del lado cursi que previamente estaba dominando a todas mis emociones. No podía dejar de susurrar la canción, mi otra personalidad estaba saliendo. La escuché gemir más fuerte y abrir esa dulce boca donde estaba ansiando volver a introducir el pecado que llevaba pegado entre mis piernas.

Papas déjenme en paz.

I am the son, lascivious...

Me enderecé y le tomé por las caderas con firmeza, sin pedírselo elevó sus piernas y las colocó encima de mis hombros. Dejó caer sus brazos a los costados de su cabeza como si su cuerpo me estuviese avisando que ha quedado a mi merced. Mordía su labio inferior con desesperación y en momentos relamía sus labios.

I am the way...

Gruñí al verla tan desprotegida y con la mirada perdida por el placer. Pero ya estaba en el lío con los otros tipos dentro de mí.

—¡Mirame mientras te estoy haciendo mía! — le grité con odio, perdiendo el control que había dentro de mí. Solté un costado de su cadera y sin pensarlo la abofeteé acelerando el movimiento como si el desgarrarla fuera el motivo de mi existencia.

I am the one lascivious...

Detuve mi susurrar cuando aquel calambre se apoderó de mí, paré el movimiento, dejé de invadir su cuerpo y me dejé caer encima suyo mientras ella con dulzura a pesar de lo patán que fui al final de la situación, me recibió con un abrazo.

**❁**

Me asustó eso último que hizo, disfruté cada instante, no podía negar absolutamente nada. ¿Qué le pasó? ¿Por qué de pronto era dulce y luego un loco agresivo? Creo que jamás lo entendería. Aún así, creo que para el momento podría declarar que no había sentido algo así antes.

Esperaba que mi mejilla no estuviese roja después del acto, esperaba que mis piernas respondieran, ¡Esperaba que todo saliera bien! Y como una buena sumisa le recibí de brazos abiertos. Pude sentir su húmedo y delgado cuerpo tan frágil, entregándose a mi sin problema por el cansancio. Sentí que estaba quedándose dormido o al menos muy relajado en cuanto su peso comenzó a asfixiarme, por lo que me moví como pude y lo tiré a mi lado. Me dirigió la mirada por un instante con el rostro ligeramente sonrojado, se puso de pie con dificultad y se retiró el condón mientras se dirigía al baño.

—Lamento no poder cumplir tu fantasía — gritó desde la otra habitación, acto seguido el ruido del tirar de la cadena se hizo presente.

Me incorporé un poco y miré al suelo confundida y aturdida por lo que acababa de pasar.

—Descuida, no pasa nada — respondí y comencé a deshacer la cama para cubrirme con las sábanas y dormir un poco.

El salió del baño poco después, se acercó y alzó las sábanas para entrar conmigo a la cama. Me quedé estática viendo al techo con la mente casi en blanco. Un beso en mi clavícula me sacó del trance y al girarme ahí estaba él, mirándome fijamente con el cabello un poco más arreglado pero el bigote desalineado.

—Quitate esa cosa de la cara, por favor... — dije ya con dificultad y le sonreí para proceder a cerrar mis ojos y dejar que el sueño me atrapara.

Lo último que sentí fue su respiración cerca de mi rostro, como si aspirara el aroma de mi cabello y de mi piel.

¿Cómo lo miraría al día siguiente?

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