11. Say my name.

608 44 15
                                    

¿Qué estoy haciendo?

Era la única pregunta que pasaba por mi mente. El tacto de sus manos con mis glúteos era tan especial. Había estado con otros antes, unos más altos, unos más bajos. Chicos rubios, chicos morenos, de todo tipo. No todos eran mis parejas, unos simplemente eran amigos, pero, él no era siquiera alguien conocido, tampoco tenía la idea de su edad o de dónde venía.

Creí que las cosas se calmarían y que sus palabras solo eran para tratar de asustarme y mantener el control del momento. Tenía que admitir que me gustaba que fuera tan rudo, no quería violencia, pero sí algún jugueteo muy sucio.

Por un momento creí que ya no sentía mis manos, el cinturón estaba terminando con la circulación de mi sangre en esa zona. La forma en que azotó mi cabeza contra el colchón había sido suficiente para que entendiera que todo esto era un error. Mis jadeos me traicionaban y estaba al borde de desconectarme de mi cordura, iba a convertirme en su esclava y al parecer él lo disfrutaba. Una cosa era segura, no estaba forzándome a nada.

Cerré mis ojos y traté de calmar el descontrol de mi interior.

Mala idea.

**❁**

Se veía un poco de conflicto en su rostro, pero ya no iba a detenerme. Tomé la corbata y cubrí sus ojos haciendo un nudo casi imposible de deshacer. La dejé demasiado ajustada que por un momento me sentí una bestia, pero, esa era mi realidad.

Me quité el pantalón y en general el resto de ropa que me estorbaba. Caminé rumbo a una de mis maletas y busqué entre todo el desastre una caja de condones que había comprado la noche anterior. Revisé esperando aún quedara alguno, de lo contrario, tendría que suspender la actividad de esta madrugada.

—Aquí hay uno —.

Dije y sonreí ante mi buena suerte. Mi yo del día anterior se imaginó que lo necesitaría después. El problema ahora sería usarlo sabiamente, tendría que pensar en cualquier otra cosa antes de venirme si quería que la diversión durara más tiempo.

—Necesito un poco de inspiración gatita —.

Pensé en poner algo de música, mi música obviamente, pero, creo que deseaba confundirla, estaba seguro de que no sabía con quién se estaba metiendo y entre menos pistas le diera olvidaría este encuentro muy rápido.

**❁**

Escuché que se movía por la habitación, solo podía limitarme a imaginar cuál sería su próxima jugada. Me sentía ansiosa de conocer como serían sus movimientos, de saber con qué posición arrancaría este extraño encuentro. Recordé su rostro con esas marcas de expresión, su cabello negro alborotado, sus bellos y brillantes ojos verdes... ¡El bigote! Es como si mi mente tratara de suprimirlo. A pesar de esto, tenía una sensación muy agradable recorriéndome el cuerpo, la cual, me hizo pensar lo mucho que extrañaba estar a la merced de un hombre de esta manera. No es que me gustara hacerlo rudo, solo, de vez en cuando una situación tan ardiente como ésta me daba demasiado placer.

Pronunció algo con voz baja y pude sentirlo acercándose con prisa. Tomándome por sorpresa soltó una palmada sobre mi glúteo derecho.

—¡Forge!

No pude distinguir si grité aquel apellido por dolor o placer, pero, tenía claro que al día siguiente su mano se quedaría en mi piel como un tatuaje. Entonces, sentí su húmeda lengua lamer desde mis aductores hasta quedar cerca de mi intimidad, haciéndome cosquillas con aquel vello facial.

Lascivious Donde viven las historias. Descúbrelo ahora