Se movió en dirección al sillón, separando sus bocas sólo lo suficiente para respirar. Renato no estaba siendo pasivo esta vez, estaba tironeando de las ropas de Gabriel, desabotonando su camisa a medio camino y luego yendo por su cinturón.
Gabriel vio que el sillón estaba cerca, empujando a Renato hacia él. Se sintió endurecer aún más, cuando Renato lo miró, sorprendido, acostado sobre su espalda… levantándose hacia él, sin embargo, Gabriel lo rechazó.
─No ─murmuró Gabriel, escuchando el retumbar de su corazón─. No… esto es para vos… quiero que sepas… cuánto… ─no pudo continuar, no tenía las palabras. Estiró la mano para acariciar la mandíbula de Renato, rozando sus dedos sobre esa hermosa boca. Deslizó su mano hacia abajo por la delantera de su remera negra apretada. Acarició su estómago plano, la cintura de su pantalón. Renato lo miraba silenciosamente, esos bonitos ojos castaños quemando la cara de Gabriel.
Sabía lo que quería hacer y lo asustaba. Lo asustaba porque nunca había tenido esos pensamientos, nunca los había deseado. Temblando, Gabriel sacudió los almohadones del sillón para que así tuvieran más espacio… montándose a horcajadas sobre el cuerpo de Renato, una rodilla a cada lado de sus caderas. Se miraron fijamente por un largo tiempo, hasta que Gabriel ya no pudo esperar y se inclinó, apoyando sus brazos en el sillón, atrapando los de Renato.
─Comfia en mí ─y entonces, Gabriel lo besó, duro y con vehemencia, mordiendo sus labios. Sintió a Renato moverse bajo de él, tratando de liberarse, de tocarlo.
─No ─movió su boca hacia abajo por la garganta de Renato, con rudeza, oyendo sus gemidos inarticulados, queriendo más. Gabriel alcanzó el borde de la remera, gimiendo con frustración.
─Voy a mover mis manos ─susurró ardientemente en la oreja de Renato─, pero no quiero que te muevas…
Renato dejó salir un aliento.
─¿Por qué no me sorprende que me des ordenes en la cama…?
Gabriel se rió con fuerza.
─Estamos en el sillón, tonto. Y créeme, vas a disfrutar de dejarme tomar el control en este momento…
Fue recompensado con una mordida en el pedazo de piel justo debajo de su oreja.
─Y me llamaste a mi provocador… ─dijo Renato.
─Shhhh… hablas demasiado, Quattordio.
Gabriel lo besó nuevamente, succionando la lengua de Renato dentro de su boca. Se sentó, tomando el borde de la remera de Renato y retirándosela.
Sonriendo, Renato se movió sobre sus codos, levantándose del sillón. Gabriel agarró la cintura de sus pantalones y los bajó lo más que pudo. Arqueó una ceja hacia su amante.
─Bueno, si que estas animado.
─Tu turno. ─Renato sonrió. Pero Gabriel meneó la cabeza.
─Nah,¿No se suponía que te callarías? ─Su tono bromista iba en contra del latir de su corazón. Podía saborear el deseo que sentía por este hombre en la punta de su lengua─. Te dije que no te movieras… y hablo en serio.
Renato asintió, apoyándose en el sillón, sus ojos cargados con deseo.
Gabriel tomó un aliento largo y profundo. Retomó los besos, las mordidas, el reclamo de la boca de Renato, cuello… se movió hacia abajo… sobre su pecho, dejando que por primera vez, su lengua tocara los pezones; el cerebro de Gabriel casi explotó ante el casi sollozo que Renato dejó salir.
«Más…más…» Gabriel repetía en su cabeza. Continuaba moviéndose, succionando la piel. Se deslizó aún más abajo, empujando a Renato hacia arriba, sus ojos se encontraron. El más joven tragó duro, meneando su cabeza.
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#1 F&F Quallicchio [Adaptación]
RomanceEl Oficial Inspector de la Policía de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas, Renato Quattordio, ha perdido a su esposa, la única persona que amó y la única mujer con la que durmió. Renato está intentando seguir adelante, construir -a partir...