Capítulo 11

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Stefanía y Gabriel permanecieron sentados en silencio durante unos pocos y largos minutos, una olla hervía en la cocina, sonaba el tic-tac del reloj y un lento y estático sonido provenía del monitor del bebé.

Respirando profundamente, Gabriel sintió liberarse parte de la tensión. Las palabras aún asustaban pero su fuerza había disminuido. Cada vez que confirmaba y confesaba su amor por Renato, lo correcto de este hecho aumentaba. Ya no se sentía diferente por amar a este hombre, por imaginar estar con un hombre.

Cuando pudo confiar en su propia voz, Gabriel continuó. Se encontró volcando su conocida historia, un policía, su primera vez con un hombre, la primera vez de los dos, el miedo y la confusión.

─Él es viudo y con hijos pequeños. Es por esto por lo que las cosas son tan difíciles. Complicadas.

Una pequeña arruga se dibujó en la frente de Stef.

─Pero él siente lo mismo por vos…

─Sí. Él… dice que también me ama. Y, algunas veces, las cosas son simplemente perfectas. Somos buenos amigos, podemos hablar y reír. Y en cuanto al resto… ─se ruborizó avergonzado─. Va muy bien también. Pero… pero Stef, él tiene una carrera. Y aún muchas cosas en su cabeza…

─¿Hace mucho tiempo que es viudo, Gabi?

─Un poco más de un año. ─Gabriel apretó la mano de Stef un poco más. No le gustaba recordar la muerte de Agustina y odiaba pensar en el dolor de Renato.

La arruga se hizo un poco más profunda.

─Gabi, no tenés que responder a mi pregunta pero, ¿conozco a esa persona?

Él suspiró.

─Sí, Stef. Lo conoces. Renato Quattordio, de Drogas Ilícitas.

─Wow ─esperó un momento y Gabriel casi pudo ver funcionando los engranajes en su cabeza.

─¿Hay alguna cosa en concreto en esta relación con la que vos estes teniendo
problemas?

─¿Querés decir, además del hecho de que es con un hombre? ─preguntó sarcásticamente─. ¿Necesito otra razón para estar volviéndome loco?

─Vamos Gabi. Lo primero que me dijiste fue que estabas enamorado. Después mencionaste que él era un hombre. Entonces, ¿cuál de las dos cosas es la que más te asusta?

Gabriel  se preguntó por qué se molestaba en intentar fingir delante de Stef. No podía engañar a esta mujer. Nunca había podido.

─Al principio era el hecho de que él era un hombre, pero esto, no sé, fue desapareciendo. Ahora algunas veces lo recuerdo, pero la mayoría de las veces… sólo quiero estar con él, quiero que esto salga bien.

Gabriel  reflexionó sobre toda la situación durante un rato. En verdad, tanto como le asustaba al principio, ahora sólo lo sentía como algo que preocupaba a Renato. Se lo contó a Stef y ella asintió. Por un momento la vio debatirse con algo y entonces preguntó:

─¿Podemos hablar de vos? ¿Cómo estás llevando esto?

─Pensé que ya estábamos hablando de mí.

─No, mayoritariamente hemos hablado de cómo se siente Renato y cómo esto le puede afectar a él y a su carrera. Pero, ¿y vos? ¿Qué es lo que querés de todo esto?

Gabriel abrió la boca y la cerró rápidamente. Su cerebro intentaba encontrar una rápida respuesta pero ninguna apareció.

¿Qué es lo que quería? Él quería… amor. Una relación. Con Tato. Quería estar con los chicos, hacer cosas juntos… ¿Cómo una familia? Se quedó muy quieto y de repente no pudo mirar a ningún otro lado sino sólo a la superficie brillante y llena de marcas de la mesa de madera de Stef.

#1 F&F Quallicchio [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora