20: JEALOUIS.

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Pasado

Playlist: ♪♩"Photograph",Ed Sheeran.♪♩





Harry se despierta a la mañana siguiente un poco adolorido por haber dormido en el sillón y no solo siente la inconformidad en los músculos; si no que el sabor agridulce de la noche pasada es lo primero que percibe en su boca.

(También tiene un nudo en el corazón, y siente que el pecho le duele, pero no hay nada que pueda hacer.)

Su reloj biológico lo ha despertado, ni más ni menos. Sabe que es viernes y que ha de ir a dos clases a la universidad hoy y luego al trabajo, aunque en realidad, no se siente con tantas ganas. En realidad, no se siente con ganas de nada. Puede que sea un día malo, de esos en los que no te sientes motivado para hacer cualquier cosa y tampoco para interesarte en hacer otras más. Pero antes de que sus pensamientos negativos se adueñen de su cabeza, sus ojos verdes, pálidos, se abren ante un panorama inusual.

Está en el sillón de la sala, recostado entre almohadones y cubierto en una manta, pero al pie del sillón está Louis vestido solo en unos bóxers y una camiseta negra que le queda demasiado grande. Lo está mirando, serio, pero cuando Harry enfoca sus ojos en él, hay una sombra de una sonrisa establecida en sus labios.

—Hola. —dice Louis. Harry siente una ola de paz recorrerle el cuerpo porque no suena a una voz rota o congestionada, tampoco parece estar triste como ayer y tampoco luce como si fuera a estarlo. (Tal vez el día de Harry no salga tan mal como pensó.)

—Hola. —responde el alfa a su vez, mirando como los labios serios de Louis se rompen en una sonrisa discreta que afina las facciones del omega. La luz de un día brillante de invierno le da contra la cara e ilumina cada centímetro de su rostro, sus ojos azules, sus labios finos y su piel caramelo. Es precioso, jodidamente precioso.

—...lamento lo de anoche.

—No tienes nada por lo que disculparte.

—Sí, si tengo. Me descontrolé, hice una escena y tuviste que dormir en el sofá. —Louis miró hacia otro lado. (Wow, en realidad lucía muy apenado.) Harry no sabía que existía un lado nervioso de Louis, pero le gusta.

Sabe que no fue su culpa, que solo le contó la verdad sobre su familia, Y el arrebato que tuvo fue solo un impulso de miles de sentimientos encontrados que llegaron a un límite, nada más.

Y para disipar el problema, Harry solo quiso bromear.

—Así que tuvimos nuestra primera pelea y me has mandado a dormir al sofá, bien ¿supongo que me darás un masaje a modo de disculpa?

Los labios de Louis volvieron a curvarse en una sonrisa.

—Si tú quieres.

—Bien, es una promesa. Pero, —Harry se levantó, estirando sus largas extremidades. —será más tarde, tengo escuela.

—Sí, y yo trabajo.

—Bien, iré a darme una ducha. —Harry sonrió con los labios apretados mientras pasaba a un lado de Louis pero este le envolvía su mano en el antebrazo; sus manos frías encontrando la calidez de Harry.

— ¡Oh, qué casualidad! Yo también voy a darme una ducha. —comentó el omega con una sonrisa y las cejas alzadas.

Oh, así que estaba de buen humor ¿eh?

—Pues estás de suerte hoy.

— ¿Ah sí? —dijo Louis y Harry asintió. — ¿Por qué?

—Porque me gusta compartir.

New York (l.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora