19: No te rompas la espalda por mi.

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Pasado
Harry

Playlist: ♪♩"Stay", Post Malone.♪♩

Corresponde al capítulo 1 de LONDON: Mark. (Leer solo quieres saber información extra.)






Es viernes y por fin se han reanudado las labores en Nueva York después de la tormenta de nieve.

Así que, Harry ha tenido un largo día el cual sintió como uno terriblemente corto. Porque hizo tantas cosas que el tiempo se le escurrió como arena; primero, fue a la escuela en la mañana, Louis había dejado un nota en la cama que tenía que llegar más temprano al trabajo y lo vería para la cena, así que lo entendió. Se dió una ducha y almorzó un sándwich en la cocina. Tomó el metro hasta su escuela y recibió algunas felicitaciones de sus compañeros e incluso de algunos profesores. Anotó en su agenda cada proyecto por hacer y entregó los avances de unos cuantos.

Luego partió al trabajo. Bajo su abrigo y una sudadera, con la cabeza tapada por un gorro verde militar y el vaho acumulándose alrededor de su boca cada que exhalaba aire caliente. Llegó al trabajo y sonrió a sus compañeros e, increíblemente tuvo un pequeño aumento como regalo de su jefa, Adele, aquella linda mujer que lo consideraba un sobrino o algo parecido, aun así, Harry estaba agradecido.

Se sentó frente a la oficina y comenzó a hacer su trabajo, leyendo manuscritos y señalando partes a corregir y tecleando notas en su computadora. Salió por algo de comer a la cocina de la oficina y saludó a un par de compañeros. Respondió a un par de mensajes del grupo de sus amigos y luego volvió al trabajo.

A una media hora de salir, pensó en llamar a Louis para invitarlo a cenar, estaba en el modo. Solo quería verlo y poder charlar un rato antes de tirarse con gusto en la cama para dormir con él. Miró a la pequeña ventana de su oficina pensando en el omega cuando un tímido toque en la puerta lo despertó de su ensoñación.

— ¿Si? Digo... pase. —Harry se acomodó en su silla giratoria y se dió la vuelta al mismo tiempo que la puerta se abría con lentitud y entraba el aroma dulzón de un omega que no era Louis.

—Hola, Harry.

Era Evan, el verdadero sobrino de Adele, el chico rubio y encantador que mantenía unas mejillas sonrojadas todos los días de todas las semanas. Lo miró con sus brillantes ojos miel al mismo tiempo que un rizo de oro caía en su frente.

—Hola. —Saludó el alfa con una sonrisa educada.

—Hey, ehm, yo me enteré que tu cumpleaños fue el miércoles. —dijo, todo nervioso y voz aguda, dulce.

—Si...

—Bueno-eh, yo no sabía nada, así que, no te iba a traer nada pero, luego como que mi tía lo mencionó, entonces... si, eh, te traje algo. Si, si tú quieres... —parecía que el niño estaba pidiendo algo sumamente vergonzoso cuando hizo la pregunta. Harry quiso reírse en su cara, pero era demasiado amable como para hacer eso.

—Sí, claro. Me encantaría... gracias.

—Sí, ehm, si- am, toma. —Evan le tendió una gran caja de cartón con un moño rojo sobre ella, Harry tuvo que sostenerla con fuerza porque pesaba, y cuando miró los lados de la caja, sintió un nudo en la garganta.

—Evan...no-

— ¿No te gusta? ¿Ya la tienes? ¿No la quieres?

Harry abrió los ojos como platos.

— ¡No! No digas eso, no, es solo que... ¡me encanta, claro! Pero, esto es demasiado...

La antología de The Beatles contenía varios Cd's de contenido ilustre sobre la vida de los cuatro cantantes ingleses que hicieron historia. La última vez que Harry la había visto, costaba casi un mes de salario para él.

New York (l.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora