2: Fresas, champagne y ojos azules.

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Pasado

Harry


Playlist #2: "Strawberries and cigarettes" de Troye Sivan





El trabajo de Harry era una pesadilla; era el asistente de una jefa de editorial en las afueras de Manhattan. Ella supervisaba una revista adolescente, se aseguraba de que sus escritores entregarán sus artículos a tiempo y que la imprenta no le fuera a fallar.

Tenía mil copias de textos en su escritorio y cientos de envases vacíos de café llenos de colillas para cuando Harry llegó, respondiendo al anuncio de trabajo que había señalado en el periódico con su rotulador naranja.

Adele, era el nombre de aquella mujer beta. Toda llena de arrugas -especialmente en la frente de tanto fruncir el ceño-, una peluca de rizos rubios (estaba 93% Seguro de que era una peluca) y vestía como si aún fueran los setentas pero a Harry le agradaba. Más cuando no lo besaba en ambas mejillas cuando el alfa acomodaba las pilas de textos por orden alfabético.

Le llevaba café y contestaba sus llamadas para agendar citas. Enviaba regalos a sus sobrinos por correo y de vez en cuando le prendía sus cigarrillos cuando ella estaba al teléfono. Tal vez algún día, Adele moriría debido a su alta adicción al tabaco. Y no por ello, precisamente... si no calcinada, por haber iniciado un incendio al trabajar con toneladas de papel a su alrededor.

Sin embargo, le pagaba bien a Harry, al menos lo aceptable por medio tiempo, ya que el alfa tenía la universidad y todo eso. Así él podría permitirse llegar todo cansando a la cafetería, después de una jornada de clases más el desgaste de su empleo. Tal vez, comprarse una galleta gigante, ahora que Adele le había dado un aumento por ser "tan buen muchacho" así que..., .

Harry abrió su computadora aquella tarde para ponerse al corriente con los mails de sus profesores sobre las revisiones de su tarea. Puso al corriente su agenda y sonrió con suficiencia cuando descubrió que no tenía deberes por el resto de la semana... y era viernes. (¡Bien!) Pero estaba más que bien, al fin unos días para él, tal vez por fin podría salir a turistear por Nueva York después de casi dos meses sin tener un respiro. Podría pintar su habitación (de cualquier color, menos el espantoso tono salmón que cubre las paredes, ya que es lo más parecido a un santuario personal que tiene ahora.) o hasta ver alguna serie en Netflix junto a Zayn... quién sabe, lo que venga primero, supone.

Está entretenido en su Facebook mientras mastica una mordida de su galleta gigante y se recarga contra el sillón de la cafetería (que es el mejor lugar en el que ha estado hasta entonces, porque tiene estas paredes de ladrillo y estas mesas vintage con sillas de diferentes de colores mate y posters de películas de antaño) cuando su teléfono vibra dentro de su mochila y lo alcanza para ver el mensaje en la pantalla.

Zayn: En donde estazzzzz?

Harry rueda los ojos mientras mastica.

Yo: En la cafetería que te mostré el otro día.

Zayn: Genial. Te veo en unos minutos.

Y llega cinco minutos después, usando una chaqueta café y pantalones de mezclilla azul cielo. Parece arrancado de una página de sus famosas revistas de moda y Harry sabe, la gente de la cafetería sabe, Nueva York sabe, (y todo el jodido planeta) que ese chico es un de las personas más hermosas que han pisado la Tierra desde los primeros hombres.

— ¡UY, Galleta! Dame. —le quita el último mordisco a Harry de un golpe y se sienta en el gabinete frente a él.

—Sabías que no es libre de gluten ¿verdad? Y no, tampoco es vegana. —contestó el alfa, alejando su taza de café para evitar que sufra otro robo descarado de sus alimentos.

New York (l.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora