36: Demasiado tarde.

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Presente


—No puedo creer que estemos aquí. –dice Evan, molesto, agobiado, triste y desolado. —Podríamos estar en un vuelo a Los Ángeles ahora mismo.

Harry resopla.

Evan lo mira un poco extrañado, es la primera vez que Harry esta notablemente enojado con él y no lo está ocultando. Así que Evan decide callarse de una vez ante la posible furia que puede desatar el alfa.

El ascensor abre la puerta en el piso del salón en que se llevará acabo la fiesta. Al entrar, un chaperón acepta sus chaquetas para darles una cordial bienvenida a la fiesta. Y el salón es pequeño, nada enorme o extravagante como temía, todo es sencillo, a tonos blancos grises y un poco azulados en ciertos detalles. Hay globos de un tono coral pálido por ahí, y huele algún estofado preparándose en la cocina; botellas de champán abriéndose y ve muchos meseros con bandejas de aperitivos y bebidas circulando constantemente.

La iluminación viene de lamparitas colgadas alrededor de toda la estancia, lo que le da un toque mágico pero sutil. Hay música lenta de los noventa sonando a través de algunos altavoces y el rumor de las pláticas de toda la gente, lo calma un poco. Es una tranquila y suave fiesta de compromiso, con clase, justo lo que Harry necesitaba. Un lugar a salvo del caos.

—Vamos a buscar a Zayn. —dice el alfa aún con el brazo del omega entre el suyo, avanzando por el recinto, saludando a algunos conocidos, pero ninguno en forma de sus amigos. Es hasta un pequeño grupito que ríe entre personas hermosas y cuerpos inmaculados, que encuentra la bella piel morena de Zayn brillando a través de todos. El omega ríe con gracia entre todos y presume un bonito anillo de diamantes en su dedo anular, Harry frunce el ceño, siente que se ha perdido de la vida de Zayn no solo un par de meses, pero de unos cuantos años.

Eso no le sienta bien, en absoluto.

—Zayn. —alza la voz, y como cualquier alfa, llama la atención de todo el grupito de omegas, entre ellos, los hermosos ojos café claro de su mejor amigo.

Hay cierto brillo que Harry reconoce en sus ojos, aunque sabe muy bien que la mayoría es por su llegada, aún hay una pizca que reconoce como la sorpresa muy, muy inesperada. Lo conoce bastante bien ¿hay algo que querrá decirle?

— ¡HAROLD! —el prometido dejó de lado por completo a sus compañeros modelos para darle la muy calurosa bienvenida a Harry, su mejor amigo, su familia. Zayn está muy feliz de tenerlo cerca después de... meses. —Pensé que no ibas a venir, iba a matarte si no lo hacías.

—Lo sé. —Harry suelta a Evan para abrazar propiamente a su amigo, y el chico rubio parece un poco incómodo de estar siendo ignorado.

Zayn no es grosero.

—Hola Evan, bienvenido ¡no sabes el gusto que me da tenerlos aquí! gracias por venir, significa mucho. —dice el moreno con la ternura flotando a través de su piel y su impoluto traje color salmón pálido, como los globos de la entrada. Toma las manos de Evan entre las suyas como un gesto cariñoso y el anillo brilla ferozmente entre sus dedos.

—Gracias a ti, Zayn. Es una fiesta increíble. —Evan también hace su mayor impresión de dos amigos que se estiman mucho.

Ambos saben que no es así.

—Déjame verlo. —pide Harry.

El omega moreno alza su bonita mano para mostrarles el anillo. Brillante, de oro pero con incrustación de diamante. ¿Que Liam no era solo un contador? (Nope, es mucho más que eso, al parecer.)

—Originalmente este anillo iba a ser el de bodas, habíamos encontrado la pareja perfecta para el de Liam, pero luego su madre me dio otro más hermoso y significativo como regalo, así que mandamos a hacerle un juego y usar este para el compromiso. —dijo orgulloso.

New York (l.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora