New York (l.s.)

24: Cambio.

Pasado
Louis 

Playlist: ♪♩"The Tide" de Niall Horan..♪♩

Uno de sus sonidos favoritos en la vida, es el que produce el lápiz contra una hoja de papel; rasgando ligeramente entre los poros de la hoja, trazando un camino de grafito fugaz y determinado. Le gusta dibujar solo de vez en cuando, para él. Disfrutar de los trazos, dibujar cualquier cosa que le pase por la mente, y apreciar a su alrededor, porque para saber plasmar bien las ideas, hay que observar todo con atención.

Sin embargo, le encanta. Es por eso que decidió dedicarse a hacer lo mismo por el resto de vida. Le trae paz, calma, y claro, mucho gozo. Louis se ha sentido muy cómodo en el papel desde niño, cuando su mamá le regaló la gran caja de colores de crayones para su cumpleaños..., han pasado veinte años desde ese momento, y Louis aún está dibujando. Es feliz mientras lo hace, le da la oportunidad a su cerebro de desconectarse de lo que sea que esté sintiendo (y vaya que la cabeza de Louis tiende a meterse en unos buenos líos), y si tiene suerte, caerá en otro mundo hecho completamente a base de su imaginación.

Lamentablemente, este no es el caso.  Porque dibuja las formas y traza líneas y curvas, inclina el lápiz a cuarenta y cinco grados de la hoja y sombrea ciertas partes, rellena espacios, borra manchas para que parezcan luces en ciertos contornos y poco a poco se dibuja sobre su hoja, una imagen.

Mientras, puede oír la odiosa risa de Niall a unos cuantos metros. Y decide despegar la vista de su cuaderno para mirar.

El irlandés, el beta, el millonario... Niall, está acostado sobre césped recién cortado, brillante y verde. Esta vestido en colores pastel, lleva el pantalón del golf y una camiseta polo verde menta. Su cabeza está tranquilamente apoyada en las piernas de una chica que deposita besos en su rostro con suavidad. Perrie, quien lleva el cabello rubio al natural, lleno de ondas suaves que le provocan cosquillas a Niall. Ambos se ríen, ambos están muy ensimismados en el otro.

Sonríe.

Porque conoce a Niall, y sabe qué ha pasado más tiempo cuidándolo a él, que a sí mismo. Louis lo aprecia, pero aprecia más, verlo feliz. Se pregunta, si algún día Louis desaparece, ¿Niall lo notará? ¿Llorará por su desaparición? ¿Intentará llegar hasta él?

Probablemente no.

Tiene ya alguien más a quien cuidar. (Extraño, porque una chica alfa no necesita el cuidado de Niall.)  Tiene alguien más por quién ver, y Louis sabe, ya no solo trata de él.

Así que vuelve su vista al cuaderno y sigue dibujando. Escucha con atención las notas de música que se reproducen a través de sus audífonos y tararea suavemente mientras mueve el pie derecho como un pequeño tic que tiene desde niño. Sigue rasgando el lápiz. Una oleada de viento sacude Central Park y un par de hojas caen de los árboles.

Louis recuerda Londres, su viejo hogar, y como solía sentarse bajo los árboles en Hyde Park. Mira a los alrededores y nota la gente pasar y los niños en bicicleta. Ve a las familias, ve a las parejas y una alarma suena en su cerebro.

No, no hoy.

Mejor vuelve al dibujo.

Regresa a sus trazos y su música, siente la corteza del árbol en el que está recargado, raspar la delgada tela de su camiseta. Oh si, ya no hay pesados suéteres o rasposas bufandas. El invierno se acabó y, hace casi un mes que llegó la primavera. Y abril llegó tan rápido como los días soleados sobre la ciudad.

Ama Nueva York cuando esta soleada.

Pero lo que no ama, es el calor. Pero la sombra del árbol le es suficiente; ansía regresar al apartamento de cualquiera de los chicos, necesita del aire acondicionado.