Alex
— Promételo — exigí, sabía muy bien que está no era la mejor manera para pedir su ayuda, pero para este momento mi desesperación ya era algo inútil de ocultar, no me molestaría en fingir que no estaba al borde del colapso. No ahora.
— Te lo prometo Alex — repitió por milésima vez ante mi petición — Créeme que si tengo noticias de Zack te llamaré inmediatamente. Confía en mi. — quería hacerlo, realmente quería confiar en ella.
Su tono sonaba bastante calmado y era algo que realmente le agradecía, había pasado los últimos días tras ella ya que era la única persona que podía ayudarme, aun así, en ningún momento demostró algún tipo de enojo o molestia hacia mi por no dejarla en paz. Bella no era una mala persona. Nunca lo fue.
— Bella... — solté en medio de un pequeño sollozo que había logrado escaparse — Sabes que él lo es todo para mi — admití, aunque no era nada que no supera desde antes. — Eres lo último que me queda de esperanza.
Podía notar a la perfección como Bella me veía con lastima, y quizá hasta pena, sin embargo, no podía culparla, ni mucho menos juzgarla por pensar de tal manera, en este preciso momento yo también sentía lastima por mi.
— Si algún día recibes una llamada de mi parte, es porque lo encontré — elevó la comisura de sus labios en el intento de hacerme sentir mejor — él estará justo ahí — colocó ambas manos sobre mis hombros y halo de mi causando que girara sobre mi propio eje y quedara frente a la entrada — tocando tu puerta, — finalizó mientras me daba un par de palmadas en la espalda. — tenlo por seguro, lo encontraré Alex, lo prometo.
Giré nuevamente para quedar frente a ella — ¿Y si no lo encuentras?, ¿Y si ya nunca lo encontramos?, ¿Si el día que reciba tu llamada él no va a estar llamando a mi puerta? — y solo por si aún no se había notado, el positivismo era algo nulo en mi.
— Alex.. Si no logro encontrarlo es por que él realmente... Se fue a un lugar al que ni yo puedo llegar... Aún...
Y entendí, entendí perfectamente a lo que Bella se refería... Sin embargo, y aunque me devastara el hecho de si quiera pensado... Ella tenía toda la razón, si ella no podía encontrarlo, en definitiva nadie más lo haría, toda mi fé... Toda mi confianza... Toda mis esperanza... Había depositado todo en ella.
Pero que crédula e ingenua que había sido.
— Está bien — mi vista descendió unos cuantos sentimientos hasta dar con la mirada de aquella rubia — Confío en ti, Bella.
Y así fue, confié, confié plenamente en ella, y jamás me molestó el hecho de que me hubiese mentido, en aquel entonces no tenía ánimos de echarle la culpa por nada, lo que realmente me había molestado era el hecho de que sabía que nunca mas podría volver a confiar en ella, porque Bella también había sido alguien en mi vida, Bella había sido mi amiga.
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Nuestro callejón de los corazones rotos © #1 (Próximamente nueva versión)
JugendliteraturSiempre que le rompían el corazón ella llegaba ahí, a ese callejón oscuro, frío, desolado... Un lugar en donde ella encontraba la calma... Su calma acabó cuando él llegó a irrumpir en su espacio, ese era su callejón, no el de él... "Un corazón roto...