Alex
Mis piernas no se movían en lo absoluto, había quedado totalmente estática en aquel lugar tras la partida del chico de los ojos azules, sabía que debía volver a casa ya que mi madre debía estar esperado por mi con un buen regañó preparado, un buen regaño que a decir verdad lo tenía totalmente merecido tras haber salido de casa sin permiso alguno.
Hice el vago intento de avanzar hacia la salida del lugar, sin embargo, lo único que logre fue llegar a sentir el recorrido de un par de lagrimas que yacían cayendo sobre mis mejillas. En un instante mis piernas comenzaron a traicionarme, mis manos empezaron a temblar mis y comencé a descender hacia el suelo hasta acomodarme sobre él y hundir mi cabeza en medio de mis brazos que posaban sobre mis rodillas.
No tenía idea de cuánto tiempo pudo haber pasado ya que había perdido la noción de cualquier otra cosa que no fuera la razón por la que me encontraba en aquella situación.
Y lo que más dolía era que había intentado ser fuerte.
Había intentado seguir adelante.
Había intentado dejarlo todo atrás.
Había intentado tan fuerte que termine por cansarme de ello, para este punto ya me había cansado de luchar por algo que jamás lograría olvidar, porque aunque me gustaría decir que yo ya no lo amaba... Solo me mentiría. Porque no era así, aquel chico de los ojos ocre aún era lo que siempre había sido para mi. Yo aún estaba enamorada de su recuerdo.
Mis sollozos eran los únicos encargados de emitir algún tipo de sonido en aquel lugar hasta que una voz se interpuso entre ellos.
— Aquí estas — hablo la voz de Nate delante de mi, no podía enfocar su figura ya que mi rostro aún se encontraba hundido en mi miserable tragedia, sin embargo, y a pesar de ello, por el tono de voz que había utilizado el chico parecía estar algo exhausto.
Al elevar mi vista lo pude comprobar, aquel chico parecía que haber corrido kilómetros, mis ojos viajaron hasta su rostro y pude ver como unas cuantas gotas de sudor caían por su frente, a su vez, podía escuchar a lo lejos como su aliento salía desesperadamente por su boca.
Probablemente se había perdido.
— te estuve buscando por todas partes — explicó — saliste corriendo sin decir nada, no hagas eso de nuevo... Alex
El chico desvió su vista hasta que esta volcó con la mía y una expresión de preocupación se adueñó de su rostro
— Lo siento — respondí en un hilo de voz
Nate se acerco a mi con delicadeza, poso una de sus manos sobre mi mejilla, hizo una pequeña caricia sobre ella y finalmente utilizó la misma para obligarme a ver directamente hacia sus ojos.
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Nuestro callejón de los corazones rotos © #1 (Próximamente nueva versión)
Fiksi RemajaSiempre que le rompían el corazón ella llegaba ahí, a ese callejón oscuro, frío, desolado... Un lugar en donde ella encontraba la calma... Su calma acabó cuando él llegó a irrumpir en su espacio, ese era su callejón, no el de él... "Un corazón roto...