Alex
La mano del chico sostuvo la mía con bastante delicadeza, como si esta vez tuviera miedo de dañarme, una pequeña sonrisa se asomó en mi rostro al notar aquel detalle de su parte, parecía estar preocupado por la manera en la que me había herido hace unos minutos, sin embargo, mi muñeca ya se encontraba bien, sabía perfectamente que no había sido su intención haberme tratado de aquella manera, parecía haber estado algo nervioso en el momento y suponía que a causa de ello había actuado como de la manera en que lo hizo.
Mi mente tardó algunos segundos en reaccionar como de costumbre, debía reflexionar bien mi próxima decisión, si llegaba a faltar a una clase o si quiera osaba a llegar tarde a una de ellas, sería mi fin, simplemente... Esto sería todo, mis padres me matarían al igual que Nate, por otro lado, y viéndolo de la manera menos responsable posible, tenía las próximas dos horas libres, era mucho más probable que me atraparan dentro del edificio principal de escuela, fuera de mi salón de clases a que me atraparan estando fuera de la escuela... Al menos eso suponía, no era como si tuviera a alguien vigilándome en este momento.
La única persona que estaba pendiente de mi existencia era Nate, y él debía estar muy ocupado con sus asuntos académicos en este momento como para molestarse en verificar que no me hubieran dejado fuera de clase. No lo vería hasta la hora de almuerzo o quizá hasta que acabaran las clases.
Bien, sabía perfectamente lo que iba a hacer, así que tras haber tomado mi decisión asentí suavemente con la cabeza para darle a entender que estaba de acuerdo en ir con él, después de todo, Athan ya no era un extraño completamente.
Iniciamos nuestro recorrido hacia el callejón, de un momento a otro mis ojos comenzaron a recorrer las avenidas de pies a cabeza, lo cual me pareció algo extraño de mi parte ya que no solía hacer este tipo de cosas a menos que me encontrase perdida, y fue ahí cuando mi alarma interna se activó, eche un último vistazo hacia atrás y confirme lo que más me temía, Athan me llevaba por un camino que desconocía por completo, mis ojos comenzaban a hacer el intento de reconocer aquel lugar, sin embargo, era inútil, giré levemente hasta poder dar con la figura del chico, la desconfianza no tardó en hacerse presente.
Mi mano que antes sostenía la suya dejo de hacerlo y me aparte unos centímetros más. Athan no se molestó en reaccionar ante mi último movimiento, se limitó a seguir su camino, ni si quiera hizo algún tipo de expresión con su rostro, se veía sereno, calmado...
Mi corazón comenzó a latir con fuerza, ¿qué había pensaba? Que un extraño me trataría bien de la nada, así como así. No, eso no pasa en la vida real, ¿Como había sido capaz de confiar en alguien que recién había aparecido en mi vida? Como era que había sido capaz de ello cuando alguien que había conocido hace mucho y por mucho tiempo me había demostrado como es que no importan los años, cualquiera es capaz de atacarte por la espalda.
El chico dio vuelta en un callejón, y no, no era mi callejón. Este a pesar de no verse para nada aterrador no me había causado otra cosa que no fuera miedo. Yo no confiaba en Athan, y no sabía con que fin me había traído hasta este lugar.
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Nuestro callejón de los corazones rotos © #1 (Próximamente nueva versión)
Teen FictionSiempre que le rompían el corazón ella llegaba ahí, a ese callejón oscuro, frío, desolado... Un lugar en donde ella encontraba la calma... Su calma acabó cuando él llegó a irrumpir en su espacio, ese era su callejón, no el de él... "Un corazón roto...