4 | Mi lugar

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Alex

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Alex

Nate había soltado un par de comentarios sobre el último partido de básquetbol al que había asistido la semana pasada, al parecer el entrenador comenzaba a ser más estricto con él ya que era el próximo candidato para capitán del equipo, un puesto que Nate siempre había querido. Sus labios seguían articulando palabras y mis ojos trataban de enfocar su figura para prestarle toda la atención posible, sin embargo, mi intento por ello era totalmente en vano ya que mi mente estaba ocupada dándole vueltas a aquel último recuerdo que había venido a mi mente.

Realmente lo detestaba.

— Nunca debí haber vuelto a ese lugar — me lamenté, sin embargo aquello había salido de mi en voz alta sin intención alguna.

— ¿Lugar? — interrogó Nate al darse cuenta de mi último comentario.

Alce la vista y la enfoque directamente en al par de iris oscuros de mi amigo. Mis ojos comenzaron a traicionarme y un par de lagrimas salieron de ellos, rápidamente lleve amabas manos hacia mis mejillas y corte su recorrido.

La mirada de Nate reflejaba una evidente preocupación. Sabía exactamente lo que estaba pensando. Y sabía perfectamente que tenía toda la razón en ello.

Él y mi madre estaba de acuerdo en una cosa.

Siempre encontraban la forma de recordarme que no valía la pena seguir creyendo en un amor que solo existe mi cabeza, sin embargo no era nada fácil el dejar de pensar en ello, no era nada fácil sacar aquellos ojos café de mi cabeza... Ni de mi corazón.

— Nate... — brame mientras a su vez tomaba su muñeca con una de mis manos haciendo que detuviera su caminata por completo.

Sabía que no le gustaría para nada la idea, pero necesitaba un tiempo a solas, necesitaba olvidar todo, y solo conocía un lugar en el cual eso sucedería aunque me doliera el admitirlo.

Era curioso el hecho de volver a donde no debía para sanar aquello que tanto dolía.

— ¿Alex?— respondió confundido — ¿todo esta bien? — preguntó con angustia mientras tomaba una de mis mejillas entre su mano.

— No puedo ir a la escuela — solté, y seguido de ello me aleje de su figura — Te veré mañana

Quedo algo confundido ya que mis palabras vinieron de la nada, sin embargo el chico se limitó a asentir sutilmente con la cabeza y  aún dudado dejo que me alejara, él sabía lo mal que había estado estos últimos años y aunque él no estuviera de acuerdo con mis decisiones, o la mayoría de ellas, sabía perfectamente que a veces lo que hacía era necesario. Al menos le gustaba convencerse a sí mismo de ello.

Nuestro callejón de los corazones rotos © #1 (Próximamente nueva versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora