Epílogo.

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Querida Alexia:

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Querida Alexia:

Seguramente estarás pensando en el porqué de esta carta, después de todo para este entonces quizá ya me habré ido y muy probablemente no habré tenido el valor de despedirme, en su lugar, deje esto para ti, estás en todo el derecho de pensar en mi como un cobarde porque no está muy lejos de mi realidad, más bien, de la nuestra, porque fuimos cobardes.

Quiero que sepas que lo sé, sé que lo que pasó ese día en el callejón no fue realmente de la manera en la que lo interpreté en una primera instancia, quizá una parte de mi aún no se convencía del todo pero te conozco, te conozco y se que en tus planes jamás hubiese estado el hacerme daño. Debo admitir que al principio todo fue muy confuso y creí que debía alejarme para que fueras feliz con aquella persona con la que una vez ya lo fuiste, tuve miedo y si te soy sincero aún lo tengo, temo por mi... y por ti. Mis sentimientos son reales y juro que no es el egoísmo lo que me llevo a esto, todo lo contrario, quiero que ambos podamos seguir y ser felices, y por ahora, eso es algo que no podemos hacer de la mano.

No porque no queramos, o porque nos detenga el hecho de que no sea fácil, sino porque por más cruel que parezca, aveces las personas no pueden ayudarte por más voluntad que se tenga, y no, no creo que estemos huyendo, más bien, estamos sanando.

Si llegaste a buscarme a mi antigua casa antes de que Ediel decidiera darte esta carta, debes saber que como ya lo mencioné antes, en definitiva no es más mi hogar, no volveré, al menos no por ahora.

Ambos necesitamos saldar cuentas con nuestro pasado y hasta el momento en que estemos seguros de que ya no habrá nada que nos de un tirón por la espalda mientras intentemos llegar a lo que sea que tengamos que llegar podremos estar seguros de que no lleváramos al otro junto a nosotros.

Aunque no me agrade la idea de hacer esto, hablaré de él, porque hablar de ti siempre lo incluirá, ¿Por qué? Porque se que el día en que él llegó sentiste algo, algo que no precisamente se ata a lo romántico, sino a una posibilidad frente al recuerdo, se que sentiste que si yo nunca hubiese estado ese mismo día se hubiese solucionado todo, quizá tuvo una razón coherente para sus acciones y quizá tienes razón, si yo no hubiese aparecido, estarías bien. No me pondré en posición de víctima, porque ninguno de nosotros puede salvarse de esto, por mi parte, también te hablaré de ella, porque hablar de mi, siempre la incluirá, y si te preguntas si aún la amo, si, así es es, aún estoy enamorado de ella, pero eso no hace de menos mis sentimientos por ti, porque la amo de la misma manera en la que tú lo amas a él, porque sabes que te hizo feliz, y sabes que lo seguirías haciendo si la vida no te lo hubiese arrebatado. No haré de menos lo que sientes, pero tampoco lo asumiré...

El motivo principal por el cual decidí escribir esto es porque mereces una explicación, y yo no merezco que me esperes, no quiero que lo hagas porque no volveré, no puedo asegurarte que mi decisión persistirá por siempre pero si puedo asegurarte que eso es lo que pienso ahora, mereces salir y encontrar a alguien nuevo, no te quites la oportunidad, ni por mi, ni por nadie, quizá hasta puedas darle otra oportunidad a ese chico del callejón, después de todo que serás feliz, y ten por seguro que yo también lo seré, te prometo que ambos estaremos bien.

Quizá hoy fue más por mi que por ti, pero a fin de cuentas, hablar de mi también sera hablar de ti, porque gracias a ti es que pude hacer mi intento de volver a ponerme en pie, y eso es lo que sigo haciendo.

Se que tú también podrás lograrlo.

Siempre tuyo, Athan.

•♥•

14 de febrero de 2024

La vida es un espiral tras otro, porque por más vueltas que des siempre habrá un punto final al cual llamar destino.

Di un par de pasos hacía el frente y enfoqué aquella banca que adornaba perfectamente aquel nostálgico espacio, mi rostro pasó de una expresión melancólica a una confundida, aquella figura yacía tumbada sobre dicho lugar mientras hojeaba lo que a esta distancia parecía un libro, mis pasos se volvieron más lentos, sin embargo, no me detuve, un crujido causado por una pequeña rama cesó aquel silencio causando que el rostro de aquella figura se elevará, aquellos ojos colisionaran con los míos y al unísono una perfecta y amplia sonrisa se formo en ambos rostros. Aquella figura dejó el libro que previamente estaba entre sus manos a un lado y se colocó en pie, dio un par de pasos más hacia el frente y pronunció las siguientes palabras:

— Bienvenida a Nuestro callejón de los corazones rotos.

FIN

Nuestro callejón de los corazones rotos © #1 (Próximamente nueva versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora